1. Memorias inolvidables (Cap. 10): Segunda vez con José


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    A José lo habíamos incorporado a nuestro noviazgo, sabiendo que un día u otro iba a encontrar a alguien que lo amara intensamente, lo cual nos iba a alegrar a todos que así fuera. Pero mientras nosotros estuviéramos por allí, nuestro amigo no quedaba para nada al margen, comíamos juntos, dormíamos juntos, nos divertíamos juntos y follábamos juntos. Teníamos un acuerdo con José: «él podía follar con cualquiera de nosotros pero estando los tres presentes». Era el modo de preservar nuestra amistad y así lo hicimos hasta el final. Cuando José venía a casa de su abuela y estábamos los dos en el pueblo, el sitio para dormir era la casa de la abuela.
    
    Además nosotros acudíamos a visitar a la abuela casi a diario, porque era nuestra abuela, así la llamábamos. Pero la abuela sabía su lugar y quedarse en su lugar: jamás nos invitó a ir a su casa a cenar y dormir si no estaba José, su nieto. El era el encargado de hacernos ir, así que cada fin de semana era nuestra abuela para todo. Los demás días, cuando pasábamos por allí, nos interesábamos por su salud, nos invitaba a una cerveza si era una hora oportuna, pero nunca fuimos en la noche. Los viernes en la mañana la esperábamos en el mercado para ayudarle a llevar la compra a casa, a parte de las cosas que le pedía a José que trajera cuanto necesitaba.
    
    Tras esta introducción, mis lectores entenderán que nuestra relación con José tenía como objetivo mantener nuestra amistad. Por eso cada fin de semana, solíamos irnos los ...
    ... tres a otros pueblos más grandes donde solía haber discotecas para el baile o para engancharnos algo. Lo nuestro no era a ver que nos salía, sino a ver que podría salir para José. Es lo que buscábamos. Pero es cierto que socialmente aparecía como nuestro novio, —nunca lo desmentimos—, por eso algunos conocidos nuestros pensaban que los tres éramos novios y que vivíamos juntos. Esto ocurrió por lo que voy a relatar a continuación.
    
    El día que fuimos para la perforación de oreja, le pedimos un piercing igual o similar al que nos había regalado para hacer nosotros un regalo, pero que se lo íbamos a pagar. Cumplió y allí mismo le hicimos perforar su oreja, montamos una ceremonia y lo convertimos en nuestro mejor amigo, comprometiéndonos a ayudarle a buscar pareja. La sorpresa llegó el siguiente fin de semana, cuando vino nos mostró sus orejas, en una llevaba tres y en la otra uno. Nos dijo que los tenía guardados y al perforarse para uno, decidió seguir perforando al día siguiente. La verdad es que le quedaba bien a nuestro amigo.
    
    Así cada sábado era lo mismo, ayudaba a su abuela en los asuntos de la casa y del futuro hotel, por la noche nos íbamos después de cenar a una discoteca y luego, al regreso a casa, nos reuníamos en la habitación, charlábamos un rato desnudos para seguir calentándonos, nos dábamos una ducha y a follar.
    
    Un sábado yo me encontraba un poco mal y no tenía ganas de nada. Eduardo me decía:
    
    — Vamos al médico.
    
    — No; yo sé lo que tengo, —era mi ...
«1234...»