1. Memorias inolvidables (Cap. 10): Segunda vez con José


    Fecha: 24/01/2023, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... comenzó a tirar de mi short dejando todo mi cuerpo desnudo y visible. Me contemplaba sorprendido de ver mi polla casi erecta, grande y bonita, como sé que es. Estaba de pie delante de mí mirándome y asegurándose de mi ulterior reacción.
    
    Le guiñé el ojo y entendió: «adelante», es decir, mi permiso para proceder. Se quitó su jean, vi su paquete voluminoso, con la polla bien marcada en su bóxer. Asentí con la cabeza. Se sacó el bóxer lentamente y lo dejó junto al jean. Se puso de rodillas ante mí, se inclinó y se puso a mamarme la polla. De vez en cuando me daba una dentellada ciertamente molesta, no jugaba bien los labios masturbando la polla, ni pasaba la lengua por el frenillo, porque no bajaba con los labios el prepucio. Estuvo un rato mamando la polla sin succionar hasta que me cansé y le dije:
    
    — Disculpa, Juan, te la voy a comer yo y aprendes cómo se hace.
    
    Se sorprendió de lo que le dije con una extrañeza transparente en sus ojos. Me la puse en la boca y le di una mamada magistral que rabiaba de placer; cuando le masturbaba, le pasaba la lengua por el frenillo; cuando me la metía hasta la garganta, de paso le di un par de mordiscos suaves al anillo y el frenillo, entonces escuché su voz de verdad dando gritos de placer. Al rato me dijo:
    
    — Me voy a correr, me voy..., me corro, me corro.
    
    Cerré los labios bien para que no escapara nada, iba tragando y cuando acabó, abrí la boca para que viera el último semen derramado en mi lengua. Me miraba con la boca ...
    ... abierta. Se me acercó lentamente y recogió su semen con su lengua y lo degustó. Nos besamos más y su boca ya no sabía a licores sino a su propio semen. Me sonrió y esperaba que le mandara algo.
    
    — Puedes mamármela si quieres, ya has aprendido.
    
    ¡Qué mamada! Si la mía que le hice fue buena, Juan era un buen aprendiz y me hizo una mamada solo comparable a las que me hace Eduardo. Juan aprendía rápido y mejoraba lo aprendido. ¡Qué boca más rica para mamar! Me corrí sin avisar, no era necesario, mis espasmos lo delatan. Juan me hizo lo mismo ofreciéndome mi semen como néctar divino. Yo le di un beso mezclando salivas, semen y lenguas convirtiendo aquello en una agradable lefa para no terminar. Así se abre de nuevo el apetito de sexo.
    
    Se sentó a mi lado como al comienzo y nos dábamos besos, yo le acariciaba las tetillas, lamía con la punta de mi lengua sus sonrosados y sobresalientes pezones, él se entretenía con mi polla. Al rato le dije:
    
    — Como estos van a tardar quiero que me folles, pero antes has de preparar mi culo, ¿sabes hacerlo dándome placer?
    
    — Sí; eso sí, por mi puta madre, te juro que quedarás contento.
    
    — Pues comienza, no te corras y aguanta.
    
    — OK.
    
    Se volvió a poner de rodillas, me incliné contra el respaldo del sofá medio tumbado a lo perezoso, le ofrecí mi culo, poniendo dos cojines bajo mis lumbares y las piernas en alto con las rodillas dobladas que es como más aguanto sin cansarme. Lentamente me lamía mi culo, haciendo movimientos rápidos con la ...
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