1. El portal


    Fecha: 23/01/2023, Categorías: No Consentido Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... aquella cuarentona y sus sollozos eran la banda sonora del balanceo de sus tetas.
    
    Su blusa y su sujetador pendían a cada lado y su falda se enrollaba en su cintura dejando a la vista su tanga descolocado y mojado sobre su coño. Cuando ella pensaba que no podría aguantar más, Eduardo presionó su cabeza contra su polla introduciéndosela en la garganta y corriéndose allí con un sonido gutural de satisfacción. Mayte notó hasta dos chorros de semen caliente y viscoso descender por su garganta antes de que se la retirase para echarle dos más en su cara:
    
    -Joder puta, qué bien la chupas.
    
    La mujer tosía y trataba de tomar aire mientras en su cara manchas de semen y rímel emborronaban su belleza:
    
    -Qué pinta de puta tienes así.
    
    Cada insulto. Cada humillación hacían que la mujer se excitase más y se odiaba por ello.
    
    Eduardo, de pie contra la pared aún con los pantalones bajados y la enorme polla pendiendo, se encendió un cigarro. Mayte se pasó la mano por la cara y se quitó el semen. Se bajó la minifalda y se marchó. Subió la escalera rápido para evitar cruzarse con algún vecino. Su aspecto no aguantaría muchas explicaciones ...
    ... lógicas…”
    
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    … colgó la alcachofa y se colocó debajo del agua fría. Su marido llamó a la puerta antes de entrar:
    
    -¿Estás bien? Llevas mucho rato duchándote.
    
    -Sí, sí. Ya salgo.
    
    Mayte había perdido la noción del tiempo masturbándose con la fantasía del hijo de su vecina. Le quedaba poco tiempo para salir a cenar con sus amigas.
    
    Se vistió exactamente igual que en su fantasía. Pero la noche no fue tan apasionante ni divertida. No hubo hombres piropeándolas mientras bailaban. Tampoco un exceso de alcohol que desinhibiera el pudor. Ni siquiera roces involuntarios, o no. Incluso antes de la 1 de la madrugada ya estaba de vuelta.
    
    Justo al entrar en el portal se encendió la luz y de la puerta del bajo salió el hijo de su vecina. En mitad del rellano se cruzaron y se miraron fijamente:
    
    -¿Qué tal Eduardo? –preguntó ella y le dio dos besos. Sintió una extraña sensación sabiendo que apenas unas horas antes había fantaseado con que él la violaba.
    
    El hombre, que había salido a fumar un cigarro, le comentó que a la mañana siguiente saldría para Uruguay. Se despidieron.
    
    En el momento en que Mayte apoyaba el pie en el escalón se apagó la luz de la escalera… 
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