1. Lo estaba necesitando


    Fecha: 06/01/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... remoja su pene en los restos de semen que reposan sobre el cuerpo de ella y lo aproxima a su boca. Ella no lo rechaza y le brinda una delicada mamada para dejar limpio ese miembro, después de lo cual aquel se acuesta de nuevo sobre ella para besarla profundamente, ahora para probar el mismo el sabor de su semen, quizá. Se quedan allí acostados un rato más. Ella acaricia su pene todo el tiempo, pero pareciera no haber reacción y ya es tarde. Muy tarde. Ya es de madrugada.
    
    Bueno, sugiero, lo que viene es una siesta para recuperar fuerzas y después, si quieren, pueden intentar seguir la faena. ¿Qué opinas? Le pregunta él a ella. Me gustaría, dijo, pero creo que ya es suficiente. Mañana hay cosas que hacer. ¿Qué cosas? Pensé para mis adentros, pero su discurso iba acompañado de la acción y ya se había levantado en dirección al baño. Al hacerlo, estando su hombre sentado al borde la cama, ella le procura un beso, y este aprovecha para acariciar su cuerpo de arriba abajo. Llegué a pensar que las cosas se iban a prender de nuevo, pero o fue así.
    
    Ella estuvo un largo rato en el baño, y cuando salió ya estaba totalmente arreglada y maquillada, como ...
    ... cuando llegamos unas horas antes. De modo que a aquel no le quedó más que seguir el ejemplo y hacer lo mismo. Le esperamos. Y, al salir, nos dirigimos al parqueadero, para encontrar nuestro vehículo. Me ofrecí a acercarle a su residencia, dado que era bastante temprano. Ella estuvo de acuerdo.
    
    Bueno, pásate atrás y lo acompañas mientras le dejamos. ¿No te parece? Ella no dijo nada, pero se pasó a la silla de atrás y se acomodó junto a él. Conduje hacia nuestro destino y pude ver por el espejo retrovisor cómo aquellos se acariciaban nuevamente y cómo aquel intentaba calentarla de nuevo y no dudo que lo logro en parte, porque mientras llegábamos la oí gemir y, llegados al destino, ella estaba despeinada, con su ropa desarreglada, casi sin falda. Pero no pasó de ahí. Nos despedimos y le dejamos.
    
    No hubo conversación de camino a casa y ella, bastante agotada con lo sucedido, llegó a dormitar un rato. Al parquear el vehículo en nuestra residencia, al bajarnos, solo me dijo; te agradezco que me hayas patrocinado esta aventura, realmente lo estaba necesitando… Y ¿desde cuándo lo necesitabas? Hace bastante, me dijo sonriendo. Y así terminó esta aventura. 
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