1. Lo estaba necesitando


    Fecha: 06/01/2023, Categorías: Sexo Interracial Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... pensar que lo iba a hacer venirse ahí mismo, pero él la interrumpió. La hizo levantarse, se despojó rápidamente de su pantalón y aún sin quitarse la camisa la invitó a dirigirse a la cama.
    
    Ella no lo dudó. Se recostó de espaldas, abrió sus piernas y se dispuso a recibir su pene, tal vez como lo estaba esperando desde el mismo inicio del encuentro. El, animado y envalentonado como estaba, no tardó en complacerla y, sin tacto alguno, la penetró con dureza, con fuerza, lo cual la hizo gemir de inmediato, no sé si de dolor o de inmenso placer. Quisiera pensar en lo segundo, porque de inmediato sus piernas se aferraron a las de él, reteniéndolo para ella sola. Y me excitó muchísimo ver cómo aquel contorsionaba su cuerpo contra el de ella, haciendo evidente la inmensa pasión que los dos expresaban en ese acto.
    
    Su macho empujaba sin cesar el sexo de mi mujer que, excitada y encantada, gemía y gemía de placer, bastante ruidosa. Solo hasta ese momento ella, queriendo abrazar la espalda de él, sus brazos y su pecho, pone atención en retirarle la camisa para dejar a su hombre totalmente desnudo y a disposición. El seguía sobre ella, moviéndose a placer y explorando con su sexo las profundidades del cuerpo de mi mujer. Ella abanicaba sus piernas de un lado a otro, demostración inconfundible de estar sintiendo un enorme placer. Y él, dándose cuenta de ello, con más ímpetu atacaba su sexo húmedo y receptivo para él, quien también estaba encantado con su faena.
    
    Al él le gusta ...
    ... acariciar sus senos y eso solo puede hacerlo sin restricción cuando la pone a ella en posición de perrito, y la penetra desde atrás. Así que bien pronto se lo sugirió y ella, de inmediato siguió sus instrucciones. Se puso de espaldas a él, se apoyó en sus rodillas y en sus manos, y se dispuso a que la penetrara, como efectivamente lo hizo. Más que penetrarla, él lo que quería era amasar sus senos, halar su cabellera mientras la penetraba y mirar y acariciar su trasero.
    
    Y, sin embargo, siendo este caballero muy aguantador, esa pose, esa visión de ella rendida a él y de ver cómo su pene entraba y salía en el sexo de mi mujer hizo que aquel hombre eyaculara. Sacó su pene y explotó lanzando un profuso chorro de semen que se desparramó sobre su espalda, quien seguía moviendo su cuerpo y gimiendo cuando aquello se dio. El la movió para que se colocara boca arriba, cubriéndola con su cuerpo para llegar hasta su boca y besarla. Y así, juntos sus cuerpos, permanecieron un largo rato.
    
    Ella se quedó allí, tendida, mientras él, tomándose un descanso, se levantó y paseó por la habitación, desnudo como estaba, tomando un trago de licor y alabando la faena que Laura le había procurado. Está bien arrechita, me dijo. ¿Le parece? Pregunté. Sí, no lo dudo. Y ¿qué dices tú? Le pregunté a ella. Yo siempre estoy así, contestó. Esta presumiendo le dije a aquel, porque conmigo no es así. Hay que atender bien al invitado, respondió. Bueno, le dije a él, ya vio cómo es la cosa. Entiendo, dijo él ...