1. La visita de Jorge


    Fecha: 30/12/2022, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... caer mientras no apartaba mis ojos de los suyos y le sonreía con mucho vicio.
    
    Volví a introducirme todo su pene hasta el fondo, dejando que escuchase alguna que otra arcada que me venía y que tanto me excitaba.
    
    Con mis ojos llorosos de la presión de tal tamaño en mi pequeña boca, seguía chupándosela sin cansarme. Podía sentir cómo asomaba un ligero sabor amargo de su líquido preseminal que se fundía con mi saliva, creando una textura todavía más interesante en mi boca.
    
    Pasado un tiempo de rodillas a él, hice que se pusiera de pie, y así, en esa posición, agarré sus nalgas y comencé a follarle con mi boca muy rápidamente.
    
    El sonido de mi garganta contra su polla acompañaba los movimientos de mi cabeza y la presión ejercida de mis manos en su trasero contra mi boca.
    
    - Voy a correrme… Voy a correrme, Lucía. Joder, para. Te juro que me corro. – suplicó entre jadeos.
    
    Paré y me coloqué a cuatro patas ante él.
    
    -Así es como más rápido voy a correrme… - me dijo.
    
    -Así es como estoy a punto de correrme yo, métemela despacio y sácala. Sólo penétrame una vez.
    
    Y así lo hizo. Me agarró suavemente de la cintura y sentí cómo su pene poco a poco iba abriéndose paso entre las paredes de mi vagina. Inundando lo más profundo de mí y regalando una placentera presión contra mi útero.
    
    La sacó, y seguidamente volví a correrme ...
    ... en un largo chorro.
    
    - ¡Joder! ¿Otra vez? – se sorprendió Jorge.
    
    - Vuelve a hacerlo. – le ordené.
    
    Y de nuevo su polla ahogó mi cavidad vaginal y yo volví a deshacerme en otro squirt empapando por completo el colchón y parte del parqué de mi habitación.
    
    - Vamos, fóllame como mejor sepas hacerlo. Estoy deseando sentir cómo me embistes. – le pedí.
    
    Y Jorge me agarró del cuello con su mano derecha, poniéndome semi erguida, haciendo que me marease un poco, mientras que con la izquierda hacía presión en mi vientre para sentir con más intensidad sus penetraciones.
    
    Me penetraba rápido y muy profundo. Su respiración, acompañada de algún que otro soplido y gruñido, chocaba contra mi nuca. El sonido de sus testículos empapados de mi corrida sonaba contra mi coño, y los estruendosos gemidos y gritos que me causaban sus penetraciones, protagonizaban aquel polvo.
    
    Poco después, la sacó rápido, agarrándome seguidamente del pelo con mucha fuerza me dirigió como a su putita, colocándome nuevamente de rodillas a él. Mientras me estiraba del pelo, se masturbaba con la otra mano colocando su polla sobre mi cara.
    
    Cerré los ojos, y en cuestión de segundos su leche ya estaba inundando mi rostro y mi garganta, escurriendo una buena parte de cantidad por mi barbilla, cuello y escote, deshaciéndose Jorge en un grave gemido aquella noche. 
«1...3456»