1. Femdom de cuarentena. De novio a esclavo en castidad (3)


    Fecha: 21/12/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: iñigogom, Fuente: CuentoRelatos

    ... anda.
    
    Como me gustaba que me ordenara servirle. Fue sin pensarlo, fui directo a su entrepierna, que olía bastante fuerte esa mañana. Le quité las bragas y me puse a ello. Ella a los pocos minutos se puso encima de mí pero al revés, en la posición de un 69, y empezó a hacerme una paja. Cuando estaba llegando al clímax Nuria empezó a chuparme la polla, lo cual me agradó bastante. Al menos le seguía gustando chupármela y no podía resistirse a ello. Al cabo de unos segundos de pensar esto me corrí, mientras Nuria tenía mi prepucio entre sus labios. Después se incorporó, y pensé que iría al baño a escupir el semen, como siempre hacía. Sin embargo no se levantó. Se acercó a mi cara y me ordenó que abriera la mía. Entonces entendí porqué me había hecho la mamada. Empezó a besarme, mientras me tiraba la mezcla de mi corrida con su saliva. Yo lo soporté como pude, y tragué.
    
    Esperamos unos minutos a que se bajara completamente mi erección y me puso el dispositivo, no sin esfuerzo. Cuando me vi con él, me puse nuevamente cachondo. Mi polla empezó a latir con fuerza, pero esta vez la barrera del dispositivo de castidad me impidió tener la erección. Era una sensación muy rara, ya que estaba muy caliente pero no sentía dura mi polla. Sentía mariposas en el estómago.
    
    Nuria me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Le gustaba mucho verme así. Cogió mi polla, o más bien la funda de silicona, y empezó a acariciarla.
    
    -¿Sientes algo?
    
    -Nada.
    
    -Bua, esto va a ser muy ...
    ... divertido.- Cogió la llave de mi jaula, que venía en un collar, y se la puso al cuello.
    
    Pasaron dos días en los que me fui acostumbrando a mi nueva realidad. Lo que más me costaba era dormir por las noches. Me despertaba con dolor en la polla constantemente y mis sueños eran casi todos eróticos. Nuria notaba que me costaba mucho dormir, e intentaba hacérmelo más fácil, dentro de lo posible. Me hablaba de otras cosas para que me distrajera, y a veces lo lograba. Sin embargo, seguía siendo muy difícil. El estar cachondo todo el día hacía que viese a Nuria de otra forma. Me ponía muchísimo más que antes, y la tocaba y besaba mucho más. Pese a que eso aumentaba mi lívido, era mejor eso que no hacer nada, ya que al menos temporalmente mi deseo era satisfecho, aunque no pudiese correrme. Nuria, claro, estaba encantada. Durante los primeros dos días le comí el coño más de diez ocasiones, a veces durante más de media hora. La iniciativa casi siempre la tenía yo, y Nuria siempre accedía a ello.
    
    Sin embargo, las cosas empezaron a cambiar el quinto día. Nuria estaba ya cansada de la misma rutina, y necesitaba sentir una polla dentro. Por lo que me vino a hablar y me dijo:
    
    -Cariño, ya va siendo hora de que me folles.
    
    Por fin había llegado el momento, iba a ser liberado de mi jaula y podría follar. Me llevó a nuestro cuarto y me dijo que me acostara boca arriba en la cama y cerrara los ojos. A continuación me puso una benda en ellos, y me ató de las cuatro extremidades a ella.
    
    -Hala, ...
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