1. Cruising on the rock


    Fecha: 05/12/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... folló bien, pero acabó pronto. Mientras Esteban follaba a Quique, Arturo y yo mirábamos cómo sudaban y le pregunté a Arturo si estaba cerca el acantilado. Me dijo que sí y que si quería yo me acompañaba. Cuando acabaron Esteban y Quique nos fuimos los cuatro al acantilado. Ya tenía yo más ganas y al borde del acantilado me puse a masturbar mi polla. Los otros tres hicieron lo mismo y nos masturbamos los cuatro de frente y sobre la pequeña playa nudista que había bajo el acantilado. Pregunté por donde bajar y me contestó Esteban:
    
    — Dando la vuelta por donde habéis venido, justo al lado del taller pintado en rojo hay una senda muy buena y se llega allí.
    
    Preguntó Arturo:
    
    — ¿Habéis venido en bici? Pienso que sí por el short que os cuelga del cuello.
    
    — En efecto, hemos dejado las bicis en el taller, —dijo Quique.
    
    — ¿Habéis pagado?
    
    — Sí, —contestó Quique sucintamente.
    
    Yo añadí:
    
    — Sí, pero le hemos prometido que si las bicis están bien le daríamos una mamada.
    
    Esteban hizo una mueca de desagrado y nos encaminamos hacia el taller tal como íbamos, desnudos. Nos contó de regreso Esteban que ellos dos no pagan nunca, y se van turnando en las mamadas, que no le importaba lo que hicieran los demás, pero eso de pagar y mamar polla era excesivo. Nos lo dijo riéndose mucho y nos hizo reír con sus gestos, indicándonos que casi nadie paga porque todos prefieren darle una mamada, ya que tiene una polla grande que está muy buena.
    
    Al llegar revisamos las bicis y ...
    ... estaban bien y limpias. Esteban le dijo al señor del taller:
    
    — Atiende, Fernando, Arturo y yo ahora tendremos un poco de prisas porque nos vamos a enseñarles a la playa. Antes yo te doy la mamada que te debemos, luego, al regresar, ellos vienen aquí y te pagan lo prometido.
    
    Me daba la impresión de que el tal Fernando se puso feliz y estaba de acuerdo. Nos pusimos el culotte sin subirnos los tirantes, con los cascos y las rodilleras seguimos a Esteban. Yo iba detrás de Esteban, Quique y Arturo se retrasaron unos metros conversando. Al final llegamos juntos. Dejamos las bicis en el suelo y sobre ellas nuestra ropa y cascos y nos echamos al mar. Nos tumbamos un rato al sol y volvimos al mar como unas tres veces, porque el sol picaba mucho. Yo tenía deseos de cascármela y se lo dije a ellos. Fuimos donde estaban las bicicletas y me daban un condón pero preferí sacar dos de los míos y le di uno a Quique. Los chicos se agacharon, se pusieron en cuatro y nosotros detrás de rodillas, luego para penetrarles me levanté y le subí a Esteban su culo cogiéndole de las caderas y acerqué mi polla a su agujero, luego poco a poco se la fui metiendo. Quique se dio más prisa con Arturo. Acabamos extenuados. Nos metimos al agua y salimos a secarnos para ponernos de nuevo el culotte.
    
    Llegamos al taller, nos besamos y nos despedimos. Fue entonces, al pasarme su número de móvil, cuando nos confirmaron que Esteban y Arturo eran novios y vivían juntos. Como nos preguntaron sobre nosotros primero ...