1. Cruising on the rock


    Fecha: 05/12/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... ducha.
    
    En la noche lo volvimos a hacer y nos follamos los dos uno al otro. Conversamos y quedamos que lo diríamos a nuestros padres en el desayuno. Nos íbamos a esquiar y madrugamos, las hermanas de Quique y mi hermano prefirieron quedarse en el hotel durmiendo. Estábamos desayunando los seis y dije mirando a mis padres:
    
    — Me parece que soy gay…, no, no, no me lo parece, es que soy gay y me gustan los chicos..., bueno... de momento me gusta uno más que todos...
    
    Mis padres y los padres de Quique se miraban y cuando mi padre iba a contestar se le adelantó Quique de cara a sus padres:
    
    — Yo quería también deciros que soy gay y me gusta un chico que se llama Rubén.
    
    Allí mismo me estampó un beso en la cara, me puse rojo, pero le devolví el beso en los labios, dulces besos.
    
    Nuestros padres ya no dijeron nada. Solo nos miraban, se miraban y sonreían. Llegando a casa mis padres compraron dos bicicletas y los padres de Quique nos regalaron los primeros equipos de ciclista para invierno.
    
    Ahí estamos ahora, nos queremos mucho, no somos novios sino amigos y nos estábamos encaminando a un cruising para buscar con quien follar, sin pensar que a la noche yo me quedo en casa de Quique y seguro que nos follamos como es costumbre. Pero como yo no conocía el cruising y Quique tampoco había que probar.
    
    Salimos del taller, nos encaminamos cuesta arriba, me bajé los tirantes y Quique hizo lo mismo. Le dije:
    
    — Me voy a quitar el culotte porque con el sol que hace se me ...
    ... marcará mucho. Me lo quité y me lo puse al cuello colgando por la espalda. Quique hizo lo mismo y anduvimos desnudos todo el camino hasta llegar al bosque donde ya vimos algunas parejas en acción. Nos adentramos hacia el fondo donde me dijo Quique que había un acantilado que daba al mar. Salió un chico y se insinuó. Quique le dijo:
    
    — Somos dos, necesitarás otro.
    
    Ni corto ni perezoso silbó fuerte y apareció otro chico más o menos como nosotros, también desnudo. El primero llevaba shorts y se llamaba Esteban. Sacó de su bolsillo dos condones, le dio uno a su compañero al que llamaba Arturo. Le quité el condón de las manos porque lo noté nervioso y se lo coloqué. Esteban se lo puso él mismo. Había un árbol caído y sin ramas en los costados y me puse agachado, dándole el culo a Arturo y apoyando mis manos en el árbol. Poniéndole el condón supe que acabaría pronto. Quique hizo lo mismo que yo. Ambos chicos fueron muy considerados y nos comieron el culo para facilitar la entrada. Arturo metía su lengua hasta dentro, ese era un buen lameculos, le daba a todo el entorno de mi ano y con lo sensible que soy me daba un extremado placer. Estaba yo delirando y gimiendo y grité:
    
    — ¡Ahggg! ¡¡Métemela, cabrón, que te vas a correr sin metérmela, no seas tan maricón!!
    
    ¿Qué le había dicho...? Me la ensartó toda de una vez. Ahí grité desesperado. Pero el chico esperó hasta que dejara de gritar y me acomodara su polla en mi culo. Al momento gritaba Quique y yo sentí alivio. Arturo me ...