1. La vecina viuda


    Fecha: 22/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... muslos por fuera, y por dentro hasta volver a acariciar su clítoris e introducir mis dedos en su vagina, un gemido fuerte surgió de su garganta, a la vez que comenzó a acariciar mi polla, que ya estaba dura y tiesa. Unos minutos después, su cuerpo se agitaba.
    
    - No puede ser, estoy llegando – dijo jadeando.
    
    Entonces su cuerpo se estremeció, cerro las piernas que hasta ese momento las había tenido abiertas de par en par, atrapando mi mano, yo seguí.
    
    - Espera, no sigas, mejor en la cama - dijo.
    
    - Como tú quieras.
    
    La ayude a levantarse, y nos dirigimos a la habitación, estaba algo revuelta.
    
    - Perdona el desorden no esperaba a nadie.
    
    Ella estaba de espaldas a mí, la cogí por la cintura y la atraje hacia mi, mientras besaba su cuello, mi polla toco su espalda, nuevamente sentí como su cuerpo vibraba, se giro y en su rostro, en sus ojos vi reflejado el deseo. Se echo hacia tras, dejándose caer sobre la cama. Yo la aguante para que fuese lentamente, y seguidamente me tumbe a su lado, para acariciarle las tetas y mordisquear sus pezones, me situé entre sus piernas.
    
    - Métemela, quiero sentirla dentro.
    
    Primero pase mi polla por el exterior de su entrepierna, acariciando el clítoris, volvió a gemir, agarro la almohada con las manos, vi como se mordía el labio inferior con los dientes cuando mi polla se situaba en la entrada de su vagina, un pequeño empujón y comenzó a entrar, cada pequeño empujón era un grito de placer de ella, me agarro el trasero con las ...
    ... manos.
    
    - La quiero mas adentro, la quiero toda dentro – dijo entre balbuceos y usando las manos para atraerme hacia ella.
    
    Una vez toda dentro no me permitía sacarla, tenia que dar pequeños empujones, sintiéndose un chasquido al golpear mis testículos contra su cuerpo. Ella permaneció con las piernas totalmente abiertas, hasta que a punto de llegar nuevamente las entrecruzo en mi espalda, y así alcanzo un nuevo orgasmo. Aunque cansado, y sin correrme, permanecí sobre ella.
    
    - Quiero ponerme encima.
    
    Cumplí su deseo, me separe de ella, y me coloque boca arriba, mi polla comenzaba a deshincharse, pero ella con suavidad comenzó a acariciarla para que volviera a tener el tamaño apetecible. Pronto se presto a ponerse encima, la visión de sus tetas desde mi posición era impresionante. Una vez ensartada por mi polla, comenzó a moverse estuve a punto de reírme, supe contenerme, sus tetas se movían de un lado hacia otro describiendo todo tipo de movimientos circulares y de arriba a bajo y de derecha a izquierda, decidí poner fin a su movimiento agarrándolas fuertemente por los pezones.
    
    Tras unos minutos de baile desenfrenado, se dejo caer sobre mí.
    
    - Estoy a punto de llegar otra vez pero no puedo mas – dijo jadeando.
    
    - Relájate.
    
    Comencé a dar pequeños empujones pélvicos, no solo ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo sino que yo estaba a punto de correrme, y así fue, ella alcanzo su tercer orgasmo y poco después yo me corría, para satisfacción de los dos, aunque ...
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