1. La vecina viuda


    Fecha: 22/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    No había sido un buen día, desde que me levante las malas noticias se sucedían una detrás de otra, que mas me podría pasar. Pero quien iba a pensar que cambiaria.
    
    Delante de mí, andando, iba la señora Consuelo con su hijo menor, cargada con bolsas. La señora Consuelo era una vecina cuarentona, la conocí cuando entre a vivir en el piso de estudiantes hacia algo mas de un año y medio, lo que sabia de ella era porque un compañero de piso le había dado clases a uno de sus hijos y me lo había contado. Había enviudado unos años antes, tenia tres hijos, uno de 10, el que la acompañaba, otro de 15, al que le había dado clases mi compañero de piso estudiaba música, y otro de 21 años que trabajaba de repartidor de bebidas. Con el mayor había coincidido en algún local de musical o bar.
    
    Fijándome bien, lo cierto es que la señora Consuelo no estaba mal, tenía un buen tipo, aunque estuviese algo rellenita, tenía una buena culata (culo) y una delantera envidiable (pechos), en su juventud tubo que ser un monumento.
    
    Aunque iba distraído mirando el movimiento rítmico de su culo, me di cuenta que su hijo se había bajado de la acera, y andaba por la carretera.
    
    - Cuidado – dije tirando del brazo del muchacho hacia mí.
    
    Una moto, que pareció surgir de la nada, estuvo a punto de atropellarlo.
    
    - Ismael – dijo la señora Consuelo – cuantas veces te he dicho que no te separes de mi.
    
    Se volvió hacia mi, por primera vez vi aquellos ojos verdes, la señora consuelo era morena.
    
    - ...
    ... Gracias, lo podían haber atropellado.
    
    - Suerte que lo vi.
    
    La dulzura con se dirigió a mi, se convirtió en una severa bronca al hijo. Que estaba a punto de llorar, más por el susto que por la bronca.
    
    - Venga que no ha sido nada, seguro que aunque no hubiese intervenido no habría pasado nada.
    
    Me volvió a mirar y sonrió. Abrazo maternalmente a su hijo y este se calmo.
    
    - Me llamo Consuelo, creo que somos vecinos.
    
    - Si yo me llamo José Antonio, si vivo en el bloque de al lado, en el segundo en el piso de estudiantes.
    
    - Te tenía visto.
    
    - Déjeme que le ayude.
    
    - No hace falta.
    
    - Insisto, vamos en la misma dirección, y yo no llevo ningún peso.
    
    - Pero con una condición, no me llames de usted, no soy tan mayor...
    
    - No por supuesto como quiera... quieras.
    
    Aunque tuviera 40 años, estaba muy apetecible, aquel escote de la camiseta en forma de U que permitía ver el nacimiento de sus pechos, enseñando canalillo era muy sensual.
    
    - Bien, vamos – dijo su hijo Ismael se había adelantado – Ismael no te alejes mucho.
    
    - Mientras vaya por la acera el peligro es menor.
    
    - Así que estas estudiando en la universidad.
    
    - Si estoy ya en segundo.
    
    - ¿Que estudias?
    
    - Ciencias Económicas.
    
    - Mi hijo Daniel, dijo que no quería estudiar y esta trabajando en una distribuidora de bebidas, pero mi otro hijo, Víctor esta preparándose en el conservatorio.
    
    - ¿Será músico?
    
    - Eso es lo que intenta, aunque creo que terminara siendo profesor, y tu que quieres ...
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