1. Mi suegra, esa mujer desconocida


    Fecha: 19/11/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Johnpaulstarr, Fuente: CuentoRelatos

    Soy Mariano, tengo 29 años y estoy casado con Silvana que tiene uno menos que yo. Ella es una joven muy simpática, con una sonrisa abierta, sincera y amplia que atrapa y enamora. No es muy alta (mide solo 1,62) ni tampoco posee un cuerpo que haría excitar a un hombre a primera vista, pero en la cama sabe utilizarlo muy bien y sacar buen partido del sexo, disfrutando y haciendo disfrutar sin límite. Podría decirse que es una hembra en celo con una capacidad amatoria ilimitada.
    
    Nuestras relaciones por tanto siempre han sido intensas, apasionadas y continuas y en muchas ocasiones hemos cogido varias veces en el mismo día; era mirarnos o rozar tan solo nuestra piel para trenzarnos en un combate amoroso en cualquier lugar de la casa que terminaba en descomunales jadeos y gemidos al acabar juntos y mezclar mi leche con sus jugos, que brotaban como un torrente de sus entrañas.
    
    En mi trabajo hay mujeres hermosas que más de una vez se me insinuaron y hasta hubo un par de invitaciones a encontrarnos afuera; estoy convencido que es por mi puesto dentro de la empresa (soy gerente de recursos humanos) y no por mi atractivo, ya que pese a ser alto y delgado no doy con el perfil de un «galán» de telenovelas. Pero como tengo un muy buen sexo con mi esposa y ella me completa de tal forma, no se me cruza por la cabeza una aventura con alguien.
    
    Hoy, como todos los viernes, vienen a cenar Julia y su inseparable amiga Nora. Julia es mi suegra, tiene 65 años y pese a su edad posee un ...
    ... cuerpo sorprendente: caderas firmes, grandes tetas y piel blanca sin arrugas visibles; es una mujer rubia, de ojos claros y una altura más que aceptable para su sexo (1,73). Ella y Nora se conocen desde muy pequeñas y han forjado una sólida e inseparable amistad que ha durado toda la vida y las convirtió en hermanas de la vida como les gusta llamarse. Nora es viuda hace 5 años, no tuvo hijos y desde la muerte de su esposo se dedicó a «vivir la vida» viajando y yendo a bailar. Julia se divorció de mi suegro hace más de una década y no volvió a tener pareja, dice que la libertad que consiguió no la cambia por el mejor de los hombres y por eso prefiere seguir sola y tranquila. Hemos tenido noticias de varios que intentaron acercarse y fueron sistemáticamente rechazados. Nora en cambio, tengo la impresión de que algún que otro amante ha pasado por su cama, ya que su difunto marido siempre comentaba lo activa que era.
    
    La cena se desarrolla como siempre normal y cordialmente. Silvana y yo nos sentamos juntos y quedamos enfrentados con ellas; mi esposa con su madre y yo con Nora. La charla es amable, alegre y el vino exquisito que nos da una cuota extra de alegría y las miradas se hacen diferentes o a mi me parece que Nora me observa con intensidad, brilla de otra manera; lo atribuyo al alcohol. Ella fija sus ojos en mí y esboza una casi imperceptible sonrisa que intento no corresponder, pero en mi mente se desata la duda. Terminamos de comer, llega el café y esos ojos siguen ...
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