1. La profesora de autoescuela (III)


    Fecha: 15/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos

    ... deslicé lentamente mi mano hasta meterla dentro de mi tanga, mi dedo empezó rápidamente acariciar mí coño ya bastante mojado, estaba excitada.
    
    Por tercera vez se repitió el pase. Parecía una colegiala. Con una minifalda plisada de cuadros escoceses, mostrándome toda la pierna y medio muslo, una blusa blanca ajustada donde a punto de reventar los botones, se le marcaban los pezones.
    
    - Estás muy guapa vestida así. Pero por Dios ¿qué puta eres? -Busque en el equipo de música un CD, puse uno de canciones románticas latinas y cuando empezó a sonar...
    
    - Baila y desnúdate para mi -Empezó a moverme al ritmo de la música, me miraba insinuante, rebelde, sus caderas se contoneaban, movía los brazos y se acariciaba con sensualidad, el cabello, el pecho, la cintura...
    
    - Puedes empezar a desnudarte.
    
    - Ven y házmelo tú si quieres... –respondió con una sonrisa.
    
    - ¿Qué has dicho, zorra? -Se encogió de golpe al verme levantar con la mirada encendida
    
    - Nada, no he dicho nada...
    
    - ¿Quién eres? -Me puse delante de ella.
    
    - Tu sumisa, mi Ama -De golpe tiré de la camisa arrancándole los botones, tiré después de la falda y cuando cayó por su propio peso al suelo, dejó al descubierto una de las prendas de lencería que había en las cajas. Un body erótico de tiras de piel para motivar prácticas de bondage y dejarse dominar. Las tiras mantenían en alto los pechos pero dejándolos al descubierto, también sujetaban la braguita de malla con apertura en la entrepierna. Ahora tenía ...
    ... un motivo más, agarré un pezón y lo retorcí, duro, más duro, hasta que gritó, con la mirada perdida.
    
    - Dios, me duele... por favor.
    
    - Me gusta cuando me suplicas. Ruega un poco más.
    
    - Por favor, por favor, Ama -Me detuve, la hice colocar de rodillas, empujando su cabeza se colocó a cuatro patas, le indiqué seguirme y nos dirigimos a su habitación. Se paró en la puerta. Era su habitación.
    
    - ¡Joder, entra! -Le di una bofetada en el culo y luego la empujé directamente hacia adentro. Le prometí recuerdos, calientes, sucios y rudos que nunca olvidaría. Pasé a la habitación de la otra Marta, miré la foto era ella, recogí de encima de la cama alguno de los juguetes y el marco.
    
    - Inclínate sobre la otomana y las manos en el suelo -Mientras le indiqué el gran cuadrado de cuero, empujando su espalda hasta que estuvo boca abajo, con las manos a un lado, los pies plantados al otro. Le até las manos y por debajo pasé la cuerda para hacer lo mismo con los tobillos. Coloqué frente la otomana un espejo de pie y apoyado el marco con la foto de su hija.
    
    - Presta atención. Mantén la cabeza en alto, quiero ver cada reacción que haces, cualquier lágrima, cualquier expresión que hagas. Quiero poder ver esa cara, tus jodidas emociones mientras me odies. Mira a tu hija al igual le gustaría verte de esta manera. ¿Lo entiendes?
    
    -Oh, Dios mío... sí lo entiendo -jadeó, ligeramente. A través de las cortinas la luz de la tarde había oscurecido rápidamente, un trueno retumbó presagio de ...
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