1. Un fin de semana inolvidable


    Fecha: 02/11/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acomodaron una junto a la otra.
    
    -¿Te gustó que te metiera el dedo?- me preguntó en voz baja.
    
    -Mucho. Nunca me habían hecho eso-
    
    -Eres muy rarito, ¿sabes?. Tengo un montón de lencería guarra y me pides que me ponga estos leggings.
    
    -Me encanta como se pegan a ti como una segunda piel... me encanta...- y acaricié su muslo.
    
    Comenzamos a besarnos. Ella se acomodó sobre mi a horcajadas sobre mis rodillas y nos besamos, nos comimos y nos deleitamos. Luego ella se puso de pie ante mi y se deshizo de los leggings y del tanga negro, quedando sólo con el sostén. Se acomodó y su sexo comenzó a acoger mi erección. Unidos de esa guisa, seguimos comiéndonos a besos, y ella de vez en cuando hacía bailar su pelvis para gozarme en su interior...
    
    -¿Tu polla está inmensa, sabes?- me susurró- está muy gorda... me encanta...
    
    -Es tuya...- me apresuré a decir antes de que sus labios volvieran a buscar los míos. Nuestras lenguas danzaron y deslicé su sostén para poder chupar los duros pezones.
    
    -Me gusta que e digas así...-
    
    -¿Que es tuya?-
    
    -Si... que me digas que es mía...- empezó a moverse con más intensidad. Su rostro mostraba el placer que recibía en su interior- joder... no exagero, tu polla está... tremenda... eso... cómeme las tetas, chupa... así, así me gusta...
    
    Con lo caliente que yo estaba, me sorprendió cómo estaba aguantando sin correrme. Eli se movía lenta pero intensamente. Y sus gemidos suaves, delicados... expresaron su orgasmo.
    
    -Qué ...
    ... rico...qué rico- decía mientras seguía moviéndose- uhmmm....si... que bien
    
    Se abrazó a mi con fuerza. Y nos besamos.
    
    -Te quiero...- dije sin poder evitarlo.
    
    -No digas tonterías...- besó la punta de mi nariz- ni puedes, ni debes quererme. Yo no quiero eso...
    
    Sin salirme de su sexo con el mío, nos acomodamos de forma que ella quedó debajo y yo encima.
    
    -Quiero ser tuyo...-volví a decir comenzando a moverme yo dentro de ella.
    
    -Qué dulce eres...- mi embestida hizo que su rostro se desencajara y que abriera la boca soltando un extraño gritito de placer.
    
    -Si...quiero ser tuyo...- me movía dentro de ella, desde la punta de mi glande hasta el pubis- dime que lo soy...
    
    -Oh...si... si... eres...eres...mío... mi perrito...- su segundo orgasmo fue más intenso, me fascinó su rostro cuando yo seguí moviéndome dentro de ella acompañado de lo que ya no eran gemidos, sino gritos de placer que me llevaron a correrme a mi también y caer en su abrazo... nuestros cuerpos palpitaban sudorosos y saciados.
    
    Pedimos un par de pizzas y cenamos. Había tomado mucha cerveza y ella, además del porro, se había preparado su tercer gin-tonic. Las caras internas de sus muslos, estaban pegajosos de mi leche y sus fluidos. Riendo sin orden y concierto, ebrios, pero felices y con la sensación de no existir más mundo que nosotros, terminamos en la cama.
    
    -¿Sabes?- me acomodé a su espalda, haciendo la cucharita con mi miembro aposentado en sus nalgas. Besé su cuello y mi mano magreó sus ...
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