1. Un fin de semana inolvidable


    Fecha: 02/11/2022, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... boca, por mi nariz... sabores y aromas de su deseo... de estar erguida aposentada sobre mi lengua, se acomodó con las palmas de sus manos sobre mi vientre, una de sus manos buscó mi erección aún defectuosa, entre sus gemidos me espetó sin miramientos “vamos, quiero dura tu polla, cerdo...”, me agarró con brusquedad las pelotas y comenzó a mover su pelvis sobre mi rostro...
    
    -El culo... vamos... cómeme también el culo...- gritaba enloquecida y separé sus nalgas para acceder a las humedades de su puerta trasera.
    
    Se me hacía difícil respirar y Elisa había pasado de la brusquedad a directamente oprimir mis pelotas... Ya no gemía, pasó a gritos de placer que sin duda oirían todos los vecinos, e incluso puede que despertara a alguno... se irguió y literalmente comenzó a cabalgarme la boca, mientras se corría de una manera que mi limitada experiencia sexual no había conocido en ninguna mujer, pues su sexo literalmente comenzó a chorrear... Fueron segundos de eternidad, hasta que la tempestad en su cuerpo fue pasando y se dejó caer a mi lado, pero a la contra, respirando agitadamente y sin poder proferir palabra alguna.
    
    Yo permanecí boca arriba, relamiendo y degustando el amargor de su placer líquido. Llevé instintivamente mi mano a mis partes pudientas, doloridas y mi miembro totalmente retraído. Mi otra mano carició sus rotundas nalgas. Ella ni se movió y cuando me incorporé para sentarme, ella se giró abriendo los brazos para indicarme que me abrazara a ella y nos ...
    ... besamos.
    
    -Buff... parece que estoy besando un coño- rió ella.
    
    -Ya te digo... me has puesto perdido...-
    
    -La culpa la tiene tu boquita... y tu lengua. Me están entrando ganas de mear...-
    
    Me retiré para que pudiera ir al baño y encendí otro cigarrillo. Era extraño, era la primera vez que una mujer se corría sin que yo lo hiciera. De pronto, escuché que me llamaba desde el baño y acudí apagando el cigarro cuidadosamente para fumarlo más tarde.
    
    Sentada sobre el inodoro, con su cabello ondulado y negro salvajemente despeinado, sus tetas... la pequeña pancita que se le formaba... su... coño depilado, pero con algún que otro milímetro de vello suelto, que le daba un toque de descuido... y me miró con esa media sonrisa enloquecedora, sensual, sexy, pícara. Me hizo un gesto con la mirada hacia abajo... soltó un chorrito de orina y volvió a mirarme. No hubo palabras, sólo mordí mi labio inferior y lentamente me fui agachando sin despegarnos los ojos. Mi mano busco su sexo, lo acaricié... y mi mano comenzó a mojarse... era tibio y mientras me mojaba, yo acariciaba su vulva, sintiendo en la palma de mi mano los rugosos labios internos de su vulva.
    
    -Vaya... veo que te gusta mi meada...-su pie alcanzó mi recién formada erección- ¿te pone?
    
    -No sé...- respondí yo de manera un tanto estúpida- yo...
    
    -¿Quieres limpiarme?-se acomodó exponiendo su sexo, y me acomodé entre sus muslos. Besé la hendidura que me ofreció- mmm... que marranito habías sido...
    
    Se incorporó cuando ...
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