1. Putona por un día


    Fecha: 14/06/2018, Categorías: Primera Vez Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonrisa mientras mi boca se acercaba a su pene erecto nuevamente. Pero primero me quité la remera, tomé su pija en mis manos y me pegué en las lolas con ella. Después le pedí que me las escupa, le escupí la mano y le ordené que se pajee un ratito. Entonces puse su carne en el hueco de mis tetas, subí y bajé apretando sus venas con ellas, le soplaba la cabecita, y cada vez que me la metía en la boca se la succionaba con delicadeza.
    
    Pero el pendejo no pudo soportarlo más. De algún lado sacó fuerzas para empujarme encima de una butaca, donde me bajó la calza y me manoseó la concha sobre mi tanga.
    
    ¡Ahora no te salvás mamita!, dijo con un hilo de baba en los labios, y me acercó la pija a la cara. Esta vez él me cogió la boca después de fregarmelá hasta por el pelo, entró y salió de ella sin reparar en mis arcadas o en mi falta de aire, me hizo chupar sus huevos transpirados y no paraba de moldear mi sexo con su mano, aunque no se atrevió a correrme la bombacha.
    
    ¡Abrí bien la boca putaaaa!, dijo, y antes de que su semen conquistara mis papilas gustativas, me levanté y sin más, lo tumbé en la butaca donde antes yacía mi cuerpo sumiso y me subí la calza para salir corriendo. Pero él me detuvo, me apresó entre sus brazos y la pared del micro despintado y repleto de ventanas cubiertas de cartones, volvió mi calza a las rodillas de un tirón y colocó su pija entre mi tanga y mi sexo. Aprovechando la presión del elástico llegó a introducirla en mi vagina, y aunque solo bombeó ...
    ... unas 4 o 5 veces, tuve un placer que me encegueció la razón, a medida qe su leche me empapaba hasta las piernas.
    
    Apenas terminó de eyacular cayó desarticulado en la butaca, y antes de que al fin me vaya me dijo: ¡ya te voy a agarrar, y te voy a coger toda putita, me calentás hace una bocha!
    
    Camino a casa recordé que antes de la cena tenía que pasar por lo de Andrea a pagarle unas cremas para el cutis de la línea de cosméticos que ella vende. Llovía mucho, y no hacía tanto calor como en minutos atrás. Pero el olor de ese pendejo sucio todavía gobernaba mis pensamientos. El solo hecho de pensar que tuve un orgasmo en cuanto su pija rozó mi boca me nublaba la razón, y necesitaba más.
    
    Cuando llegué a mi casa tuve que masturbarme, al menos para calmar el fuego que ardía en cada rincón de mi sangre. Pero cuando toqué mi vulva, y más aún cuando introduje mis dedos, encontré restos de su leche, los que en el camino me mojaron la calza. Estuve hora y media tirada en el suelo de mi cocina meta tocarme, chuparme los dedos y frotando mi clítoris pensando en ese degenerado.
    
    A las 8 de la noche ya estaba impecable, bañadita y en la puerta de la casa de Andrea para llevarme mis cremas. Ella me abrió como siempre, me ofreció un mate y, no tuve otra que sentarme a charlar con ella. Dijo que era importante. Sabía que Enzo no le confiaría a su madre lo que hicimos por la tarde. Pero cuando lo vi aparecer en cueros y bermuda, prenderse un pucho y sentarse frente al televisor, algo me ...