1. Sharon la esposa de David


    Fecha: 30/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    ... en tan privilegiado lugar pero ahora llegando a sentir el nacimiento de su ingle y unos cuantos vellos púbicos, así afianzado casi a su sexo, sintiendo sus pezones enhiestos a través de la fina tela, me besó, un beso apasionado, lleno de lujuria, de deseo contenido, de hembra en busca de saciar su instinto bestial.
    
    Nos perdimos en la noche de Guadalajara, dos bares y morreos y sobadas sobre y bajo la tela, una mamada furtiva en un baño, una metida de dedos en el taxi rumbo a su casa, una comida de tetas en un callejón. Al entrar a su casa ya todo era darle rienda suelta a la pasión, con mis dedos oliendo a su intimidad y su boca con un vaho a mi verga.
    
    L: ¡Oh, Sharon, uhm!
    
    S: ¡Que grande y dura, uhm!
    
    Sinceramente me la quería follar con ese atuendo, así que caminando tras de ella, al llegar al sillón, la sometí.
    
    Besé su cuello, mordí cada lóbulo de sus orejas, aspiré su aroma a hembra en celo, lamí sus hombros, mordisqueé su espalda mientras con ambas manos entrando por el costado de su vestido masajeaba ese par de melones, con tallones de mi falo contra su culo macizo, poderoso.
    
    Así la quería follar, de espaldas, la dominación del macho montando a su mujer; la empiné y me perdí bajo el vestido, haciendo su calzón a un costado pase mi lengua por sus agujeros, me llené de su fragancia a mujer, a sudor, a orín, a deseo, chupé, lamí y lengüeteé su intimidad, besé sus ingles, succioné sus labios, metí mis dedos en su coño ahora lento ahora con furia, ya sus ...
    ... fluidos escurrían por sus muslos y dejaban ver una vulva brillosa, gritando por un pedazo de carne que la llenara y la dejara satisfecha.
    
    L: ¡Que rico!
    
    S: Métemela, me hace falta, ¡uhm!
    
    L: ¡Ok, ahí te va!
    
    Y así con el encaje de sus bragas marcándose en sus nalgas, con su ano apretado y moreno invitando a ser penetrado, sin ningún miramiento más que el instinto animal de la cópula, le dejé ir mi miembro hasta el fondo, sólo se escuchaba el chapoteo mientras yo agarraba sus tobillos para tomar vuelo y embestir cada vez con más fuerza.
    
    S: ¡Ah, Luis, que rico!
    
    L: ¡Que delicia de hembra eres!
    
    Ella era un mar, su sexo sacaba y sacaba jugos, con un olor que me embriagaba y me hacía darle más y más duro, que delicia al ver su sillón con una mancha que iba creciendo mientras yo le daba y le metía un dedo en su culo estrecho, ella se retorcía y babeaba, perdida, abandonada al placer.
    
    S: ¡Así papi, uhm que rico!
    
    L: Me encantas, ¡estas buenísima!
    
    S: Dios, ¡Luis que rico!
    
    L: Me vale que seas esposa de David, ¡será mía estos días!
    
    Aún con la ropa puesta la cambié de postura, ella boca abajo con las piernas bien abiertas, desparramada en su sillón, con las tetas al aire y mi pene nuevamente entrando, chocando hasta los huevos y deleitándome con sus gestos y gemidos, ¡dignos del mejor hentai japonés!
    
    S: ¡Cógeme, uhm, ah, sí!
    
    L: ¡Toma, uhm, me encantan tus tetas, uhm!
    
    Un chillido agudo cada que una descarga de su interior venía nuevamente, me pegaba en ...