1. Vecina, madre joven y necesitada


    Fecha: 25/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Enrique maduro, Fuente: CuentoRelatos

    ... la oreja hasta dejarte bien mojada esa parte tan sensible. Y te susurro al oído:
    
    -Ayer fue muy rápido, hoy tenemos más tiempo.
    
    -A ha -me respondes con una voz ahogada y moviendo la cabeza negando.
    
    -Entiendo, los niños están solos. Pues disfruta, vecina, que a mí ya me tienes loquito.
    
    Con mi mano izquierda me abro camino bajo tu camiseta hasta encontrar uno de tus pechos, que amaso con firmeza, para después proceder a masajear tu pezón con mimo. Esta duro y prominente. Son dos garbanzos de buen tamaño que deben ser tratados como se merecen.
    
    Mis dedos dentro de tu sexo, exploran tu cavidad y encuentran ese clítoris hinchado y endurecido que está pidiendo a gritos ser frotado hasta la saciedad.
    
    Te voy susurrando al oído, no quiero dejar de ser atrevido.
    
    -Muy bien, así nena, así me gusta tenerte, como te sueño cada minuto del día, cada vez que te oigo andar por el piso sabiendo que estás sola, y desatendida...
    
    -Te gusta, ¿verdad?, te noto bien húmeda. Así te correrás y te quedarás bien servida. Seguro que te mueres de ganas de sentirme dentro.
    
    Asientes con la cabeza, al tiempo que tus dedos se crispan sobre la pared.
    
    Te cojo por las caderas con ambas manos, te coloco un poco más hacia atrás para facilitar la entrada, y coloco la punta de mi falo entre tus nalgas. Todo el trayecto se presenta bien lubricado, así que la entrada se produce con suavidad, aunque me esfuerzo en que sea un movimiento lento para que lo disfrutemos al máximo. Lento pero ...
    ... seguido, sin detenerse en el recorrido hasta su final. Sintiendo el roce en mi piel del cavernoso tejido prieto que envuelve todo el interior de ese maravilloso y sensible coño de mujer deseosa.
    
    Cuando siento que mis huevos chocan contra tus nalgas en la punta de mi miembro siento el contacto de tu interior más profundo.
    
    -Ya está, nena, ya la tienes toda dentro. Así debes estar siempre. Siempre que quieras, me lo pides, ¿entiendes?
    
    Afirmas con la cabeza y te agitas respirando.
    
    Ahora toca salir, con la misma lentitud, suave, sin detenerme en la maniobra, hasta casi salir por entero de ti, justo al borde de tus labios vaginales.
    
    Sueltas un quejido de protesta. Estás caliente y la quieres dentro.
    
    Ahí va de nuevo, eso es, hasta el fondo, ahhh, muy bien.
    
    -Iré acelerando zorrita, no temas, será un buen sexo para los dos, cielo.
    
    El movimiento acompasado empieza a acelerarse, y el chasquido de mis huevos contra tus nalgas es una muestra evidente de que todo está empapado por nuestros fluidos que preparan el terreno para que todo resulte más placentero.
    
    Tus gemidos son constantes, a cada entrada, y tu cuerpo se mueve al unísono con el mío, justo en el sentido opuesto, para poder hacer mayor el contacto en tus adentros cuando te penetro.
    
    Acerco un dedo a tu clítoris, porque ya no necesito sujetarte por las caderas, y quiero conseguir que tengas un orgasmo clitorial y vaginal a la vez.
    
    -Me voy a correr, María, me vengo en ti, zorra, cielo, niña ohhh -te ...