1. Vecina, madre joven y necesitada


    Fecha: 25/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Enrique maduro, Fuente: CuentoRelatos

    ... mami -se oye desde el fondo del piso.
    
    Coges las llaves de tu piso y salimos. Cierras con llave, para evitar que tus niños puedan salir al rellano o lo que fuere.
    
    -Coge el ascensor -te digo.- Yo ya bajo andando, así evitamos el contacto próximo.
    
    Estamos en la escalera y cualquiera podría vernos.
    
    Cuando llego al portal, estás ya con la puerta del cuarto de contadores abierta y me miras con una sonrisa pícara.
    
    Sin mediar palabra (hay que evitar conversaciones...) entro y tú me sigues, al tiempo que me entregas las llaves. Pasas por mi lado, rozándome con generosidad y yo, entendiendo tu intención al darme el manojo de llaves, cierro la puerta y le doy una vuelta a la cerradura.
    
    Nos hemos quedado a oscuras. Se trata de un lugar sin ventana ni tragaluz alguno, y con tan solo una rejilla de ventilación en la puerta. Busco con mi mano el interruptor al lado de la puerta, y me encuentro con tu falda, mmmm estás justo delante de mí.
    
    Enciendo la luz. Una pequeña bombilla situada justo encima del cuadro de contadores, al fondo, y que apenas ilumina donde estamos ahora. Te cojo por la cintura y te empujo hacia adentro, un poco más lejos de la puerta.
    
    Me miras. Mis manos se posan en tu cara, apretando tus mejillas, y mientras te apoyo en la pared, mis dedos pulgares dibujan tus labios y tu boca se abre.
    
    Te beso. Con un beso largo, intenso, que va in crescendo a medida que nos vamos sintiendo más calientes.
    
    -Ufff -suspiras.
    
    -Pssschhh, flojito, que si pasa ...
    ... alguien puede oírnos.
    
    Y te volteo, de cara a la pared. Colocas tus manos abierta sobre el yeso blanco, a la altura de tu cara, y ladeas la cabeza, para intentar verme.
    
    Empujo tu cabeza contra la pared, y me apoyo con todo mi cuerpo encima de ti. Al sentirme, te mueves, masajeando mi polla con tus glúteos, perversamente.
    
    -Ohhhh -se te escapa un susurro.
    
    Al tiempo que bajo mis pantalones, saco del bolsillo un pañuelo impoluto lo doblo, y te lo ofrezco para que lo cojas con la boca. Así evitaremos ruidos excesivos.
    
    Mis manos diestras están ya debajo de tu falda, amasando ambas nalgas, y meto un pie entre los tuyos para que separes las piernas. Ha sido buena idea lo de los tacones, porque así quedas perfectamente a la altura necesaria para lo que se avecina.
    
    Acerco mi boca a tu cuello y empiezo a lamerlo con lujuria. Mi mano derecha se abre camino entre tus piernas, y asía con un dedo ese cordón fino de tu tanga que une la parte delantera con la cintura, justo pasando por dentro de tu raja. Y tiro de él hacia abajo, para tener acceso libre.
    
    Mueves tu cintura, para facilitar la maniobra. Y ya estoy en tu sexo. Empapado, suave, con ese ligero vello que cubre en un rectángulo deliciosamente dibujado la parte superior del mismo.
    
    Juego con ese velo, con dos de mis dedos, mientras mi polla se roza con tus nalgas de forma insistente y descarada.
    
    Perfecto lo del pañuelo. Porque gimes, pero apenas se percibe.
    
    Acerco mi boca a tu oído. Te lamo justo detrás de ...