1. Vecina, madre joven y necesitada


    Fecha: 25/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Enrique maduro, Fuente: CuentoRelatos

    Llevo todo el tiempo prestando atención a vuestros movimientos, por el piso. Estoy en un total silencio, expectante, esperando oír a tu pareja cuando salga del piso.
    
    Por fin parece que se dirige hacia la puerta. Sí, la oigo abrirse. Y el ascensor subir. Bajar. Mmmm.
    
    Me acerco a la ventana, sin que se me vea desde fuera. Le veo subirse al coche.
    
    Espero unos minutos, a que se aleje...bien, ya está. Vía libre.
    
    Vaya, parece que te has calzado zapatos de tacón. Oigo ese cadencioso sonido repicar en mi techo, cuando andas con ellos puestos.
    
    Abro la puerta con sigilo, y subo por las escaleras. Es solo un piso y hay que hacer ejercicio ahora con esto del confinamiento.
    
    Llamo al timbre. Oigo pasos, de nuevo ese taconeo. Se abre la puerta y, ahí estás. Guapa y sensual. Con una camiseta blanca de manga larga, que ciñe tu pecho, y una falda generosamente corta, también blanca y de pliegues. Como las de las colegialas...
    
    -¿Sí? Ah, hola, dime.
    
    -Verás, siento molestarte, pero no tengo luz en mi piso. He llamado a la compañía y me han dicho que tal vez sea algo del contador de abajo, y que tienen muchas llamadas, y con eso de las restricciones, pues… eso que tardarán en venir.
    
    -Vaya, ¿Y?
    
    -Pues que como sé que tu pareja es el presidente, si me pudieras dejar las llaves del cuarto de contadores, a ver si pudo solucionarlo yo mismo.
    
    -mmmm, sí, cierto las tiene por aquí -te giras y buscas en un armario alto que hay en la misma entrada. Al ponerte de puntillas, ...
    ... todavía la falda parece más corta.
    
    -Creo que están aquí arriba. Las toco, pero no alcanzo a cogerlas. ¿Me ayudas?
    
    Entro y después de entronar un poco la puerta, para evitar miradas indiscretas, me coloco detrás de ti y paso mi brazo por encima de tu hombro hasta alcanzar con mi mano la tuya. Mi cuerpo está pegado al tuyo. Me he preparado bien, y llevo un pantalón corto de deporte, sin boxers debajo. Así que mi verga está muy pegada a tus nalgas. Y encima tú te echas aún más para atrás, como intentando coger las llaves.
    
    Pasan unos segundos que quisiera que nunca terminaran, y no puedo evitar colocarte mi otra mano sobre tu hombro izquierdo, en un gesto de posesión para que ni se te ocurra moverte.
    
    -¿Las alcanzas?
    
    -mmmm ahora, sí, las tengo, María -He dejado de acariciarte la mano y cojo las malditas llaves.
    
    -Pero esas llaves son de la presidencia. Si mi pareja sabe que te las he dejado, igual se molesta. Ya sabes, luego hay muchos que no las devuelven.
    
    -Mujer, soy honrado. Pero vamos, vente conmigo y así te las subes tú misma.
    
    -No sé... espera que le digo a los niños que regreso en un momento.
    
    Y te alejas por el pasillo, dejándome con una erección ya evidente.
    
    Andas como una modelo, pisando una línea recta imaginaria en el suelo, sin que tus pies se separen de ese recorrido ficticio, y ello hace que esa falda bambolee de forma muy sugerente.
    
    -Niñaaa, vigila a tu hermano que voy un momento al portal por un tema del suministro eléctrico.
    
    -Vale, ...
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