1. El Ayudante (Cap. 2): De entrada Seungyeon, de cena Yeeun


    Fecha: 21/09/2022, Categorías: Hetero Autor: JoKe316, Fuente: CuentoRelatos

    ... sólo gruñó al sentir como la vagina de la Idol se comprimía contra su falo de carne, sosteniéndola firme de la cintura mientras el delicado cuerpo de la rubia convulsionaba contra su cuerpo y el sofá. Más y más fluidos cayeron manchando al mueble y la alfombra, y aprovechó para terminar de hundir los últimos centímetros de su verga y empalarla hasta la base. Resopló y suspiró, aguantando las ganas de correrse con aquel fenomenal orgasmo que le había causado a Yeeun. Quería disfrutarlo lo más posible. “Mierda, zorrita.” Volvió a gruñir y se inclinó a repartir besos por toda su espalda, llevando sus manos a a masajear los pechos de la rubia, usando sus dedos para estimular los erectos pezones. “Eso hermosa, no te contengas. Que rico te corres.” Le susurró al oído, lamiendo su oreja y atrapando el lóbulo entre sus labios.
    
    “Dioos...” La primera palabra coherente que logró pronunciar la rubia, con ojos nublados por el placer y respiración entrecortada. Su cuerpo bañado en sudor y sus fluidos combinados, todavía temblando por la fuerza de su orgasmo. Su mirada perdida y ojos desenfocados, su carita perlada en sudor. Había tenido alguna experiencia olvidable antes con un novio del pasado, pero aquí no había comparación; este era el mejor sexo de su vida. Apartó el rebelde flequillo que se había pegado a su rostro por el sudor, peinándose con ayuda de sus dedos hacia atrás. “Mmhn,” Pero ese fue todo el tiempo que tuvo para recuperarse, pues volvió a gemir de placer cuando su ...
    ... Ayudante comenzó a moverse contra ella, penetrándola lento y rico, moviendo su cadera hábilmente para causarle el mayor gusto con cada embestida. Sus gemidos acompañaron cada experto movimiento, la cadera del Ayudante haciendo un obsceno sonido cada vez que chocaba contra sus nalgas. Y ella sólo pudo acompañar con torpes movimientos de su cadera, inexperta, dejando que aquel maestro del sexo le enseñara lo que era el verdadero placer.
    
    “Mh, ¿Te gusta?”
    
    “¡Sí!”
    
    “Dime que te gusta.” Le dio una sonora nalgada.
    
    “¡Mmgh! ¡Me gusta! ¡Me gusta mucho, mi, mhn, mi Ayudante!” Gemía como puta en celo con cada rica embestida. Esa rica verga penetrándola sin cuartel como se lo merecía, moldeando su vulva con la forma de su venosa carne.
    
    “Mejor cuida tu voz, vas a lastimar tu garganta, zorrita.” Y una nueva nalgada que la hizo delirar, mientras engullía gustosa su barra de carne, bañándola en sus jugos.
    
    “¡Ah, ahh! ¡N-no puedo, mhhn! ¡Bésame!”
    
    No esperó a que se lo pidiera dos veces, la tomó del mentón con una mano e invadió su cavidad bucal con la lengua, comiéndole la boquita. Intercambiaron más y más saliva, antes de que el Ayudante se separara dejando su mano en la boca de la Idol.
    
    “Mgh, mghh,” Ella, encantada, chupó y lamió sus gruesos dedos, sintiendo como aparte de estarla rellenando con aquel pedazo de verga, ahora la mano libre del Ayudante estimulaba con sus dedos su duro clítoris. Su mirada se nubló de nuevo, entrecerrando sus ojos llorosos sin parar de gemir ...