1. Mamá, morbo, y… estamos solos en casa


    Fecha: 07/08/2022, Categorías: Incesto Autor: MORADO SUBIDO, Fuente: CuentoRelatos

    ... excitó “Mena”, era una de esas mujeres no muy alta, pero con buen físico, de glúteos dibujados acorde con unos senos regado de pecas, siempre usa tacos para salvar justamente su altura, delicada piel —y como dije— regada de pecas y con esos fulminantes ojos verdes, debajo de eróticas pestañas negras. No imaginé que “Mena” también iba a dejar caer sobre esas tetas un derrame de vino, se volteó y me quedé mirando sus dos ojos que se clavaron en los míos…
    
    — No seas tonto, subile a tu amigo una copa de vino, que también la va a estar necesitando.
    
    Sonreí y subiendo las escaleras, el silencio era provocativo, solo de fondo se escuchaba la ducha en la suitte de mi madre, al pasar por mi dormitorio vi que Eduardo no estaba en este, con la copa de vino en mi mano seguí sigiloso por el corredor cuando descubrí a Edu masturbándose, mientras espiaba a mi madre a través de la puerta entreabierta del baño, lo que me provocó una erección tan dura como la pija que “Edu” agitaba en su mano.
    
    —¿Te gusta la perra que es? —Le dije ofreciéndole la copa de vino…
    
    —Hijo de puta, me tiene loco tu vieja, mirá que conchita depilada para comerla, ¡y esos pezones!
    
    —No seas boludo, —le dije— mientras le agarraba con mi otra mano su pija, sintiendo su calentura.
    
    —Me la quiero coger Richard.
    
    —¿Y qué esperas?, metete en el baño y cogétela, no ves que ya se dio cuenta.
    
    El agua de la ducha y resbalaba sobre la piel de mi madre, que tomando sus lolas se fue deslizando apoyada sobre ...
    ... pared, mientras esa espuma se confundía en el entre de sus piernas abiertas, mostrando su pubis y sus labios vaginales cubiertos de esa espuma. Me alejé por el corredor, mientras Eduardo empujaba la puerta del baño dejándose ver por mi madre que salía de la ducha…
    
    —Perdón Lau, no me di cuenta que estaba ocupado... —Dijo Eduardo temblorosamente.
    
    —Hmmm y esa erección a quien se la estabas dedicando. —Suspiró mi madre.
    
    Ella, aún, chorreando gotas de agua sobre su piel, lo arrinconó sobre la mesada del lavabo comenzando a besarlo, apoyando esos dorados pezones con sus pecosas lolas pecadoras, acomodó la pija de “Edu” entre sus piernas mojadas, y entre chupones morbosos abriendo sus piernas se fue poniendo de rodillas delante de esa erección carnosa de veintitantos centímetros, la que fue devorando en su boca y en silencio. Eduardo echó su cabeza hacia atrás, pero mientras acariciaba la cabellera húmeda de mi madre, con la otra sosteniendo la copa bebiendo a sorbos el vino, que dejaba correr por su pecho y su vientre, desde su boca hasta que mojaba su pubis donde mi madre pajeaba semejante erección entre sus labios confundiendo los sabores.
    
    El voyerismo sobre mi madre fue lo que siempre despertaba mis más bajos instintos de placer, pero “Mena” que estaba en un silencio provocativo apoyada sobre la baranda de las escaleras, con su minifalda bastante subida sobre sus caderas, a tal punto que su tanga se asomaba dibujando la raja de su vulva, mientras seguía bebiendo a sorbos ...
«1234...8»