1. Alejandro dice que me ama


    Fecha: 07/08/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando ya me retiraba para darme una ducha y vino mi primo Alejandro para hacerme bailar con él. Al principio me parecía broma, pero se sacó su camisa, llevaba cinturón en lugar de tirantes y me insistió. Había un silencio glaciar en la sala, la música sonaba con claridad, y todo eso mismo me animó a dejarme llevar por mi primo y bailamos los dos espectacularmente. Yo tomé el rol femenino en el baile y él me llevaba. Acabamos con un beso, abrazados y con nuestras piernas cruzando las entrepiernas. El aplauso fue considerable. Tres días me costó pensarlo y salí del clóset, mis padres lo aceptaron sin rechistar, ya lo iban imaginando, ¿me conocerán ellos?
    
    No dije nada a nadie más ni me preocupé de nada. Deseaba acabar el trimestre. Ya estábamos a final de abril y solo me faltaban dos meses de ese primer año de universidad. Si hasta ese momento me fue bien, me juré a mí mismo que me iría mejor porque mis padres se lo merecían y lo necesitaban, soy su único hijo y de mí les vendrían las preocupaciones y yo me encargaría de que las alegrías superaran a sus preocupaciones por mí. Así pasé los dos meses durmiendo poco y estudiando mucho. Todo fue bueno. Los exámenes de junio fueron coser y cantar. Iba a los exámenes leyendo el periódico del día. Descubrí que me serenaba mucho. Mis compañeros se extrañaban de mi proceder. Incluso un profesor empezado el examen, se me acercó a pedirme el periódico, vi que repasó página por página sin leer y mirándonos, luego se puso a leer ...
    ... algunas páginas. Cuando le entregué mi examen me devolvió el periódico con un clamoroso “Gracias”. El iluso profe pensaba que dentro del periódico tendría mis chuletas o anotaciones… ¡Hay profes como gente, para todo!
    
    Llegó el verano y mi padre me propició ingresar en el club náutico. No sé si me iría bien eso, pero lo acepté agradecido sin saber cuándo ni cuánto me iba a servir. Aproveché los cursos que allí se daban para sacarse la licencia de navegación. Casi todos los que hacían los cursos tenían sus embarcaciones, lo hablé en casa y mi padre lo arregló con un amigo suyo para que pusiera su barco a mi servicio. Yo iba a familiarizarme con la nave sin salir a la mar, con la embarcación atracada y asegurada al noray. Mi idea era sacar el PER, luego el PNB, hasta llegar a Capitán de Yate, un curso cada verano.
    
    Mis primas Belén y Toñita iban con frecuencia al Náutico para encontrarse con sus amigos. Mi tío Antonio es socio del club también. Allí las encontraba y delante de sus amigos venían a besuquearme, les gusta mucho eso de tocar carne. Yo iba con short muy corto y camiseta de tirantes con espalda de nadador y me toqueteaban todo. Nunca me quejé, aunque se me subieran los colores de la cara. Desde pequeño las tenía siempre encima, siempre mis amigas y siempre pegajosas. Ya estaba acostumbrado a sus tretas. Se daban cuenta los demás y decían que yo era muy mujeriego, excepto mis padres. Ellos sabían que ellas me tocarían pero yo no las “tocaría”.
    
    Ahora que lo recuerdo, ...
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