1. Los secretos de mi sobrina


    Fecha: 06/08/2022, Categorías: Incesto Autor: Ulpidio_Vega, Fuente: CuentoRelatos

    ... deslizara hacia adentro. Hacía presión también contra mi cara. “Mordeme el clítoris, que me duela”, me pedía y se retorcía como una yegua.
    
    Tenía una voz dulce y sus gemidos eran excitantes. Gritaba y pedía. “Tío, haceme gozar y se fue acomodando de tal manera que mi miembro quedó apoyado en su culo. De un empujón la dejé clavada en mi pija. Lo tenía dilatado pero mi verga es ancha cuando está bien al palo y quedó inmóvil. “Ay, Ay, enterrala más, hacé sufrir a tu sobrinita puta” y con un meneo de su cintura se la clavó hasta que los huevos rozaron con su vagina.
    
    Mi pija se perdió en su culo y ella se inclinó para adelante agarrándose de mis tobillos y en cuclillas para que mi pija se le enterrara más y más en su culo. Yo le apretaba las nalgas y se las abría para que la penetración fuera más profunda. “Tío rómpeme el culo, hasta que me duela”. Me imploró mientras se chupaba las tetas y se mordía los pezones gritando y gimiendo mientras subía y bajaba por mi verga. Cabalgaba arriba de mi pija hasta que sentía que sus huevos le rozaban el clítoris y empezaba a frotarse más y más con la pija hasta el fondo.
    
    Sentí como llegaba al orgasmo porque el chorro de su conchita hirviendo me llegó casi hasta los pies y porque se retorcía y se apretaba más y más contra mi pelvis para enterrarse un poco más la pija en ese culo perfecto y redondo, todo colorado por las palmadas que le había dado.
    
    Nuria se ...
    ... había relajado un poco pero mi verga seguía muy hinchada y caliente. Así que la puse en cuatro y volví a enterrársela hasta el fondo. “Abrite las nalgas así te entra más”, le pedí y quedó con las dos tetas aplastando la colchoneta de la reposera como el día en que la conocí.
    
    Nuria se abría todo lo que podía las nalgas y me decía que la cogiera más fuerte. “Tío tenés una pija hermosa, enterrala más”, y se estiraba los cachetes con los dedos para que su culo se abriera más y más.
    
    “Llenalo de leche, déjame las piernas chorreando con tu lechita, dale Tío hace feliz a tu sobrinita puta”, me decía con voz sensual y gimiendo ante cada una de mis embestidas.
    
    No pude aguantar mucho más, ella seguía abriéndose las nalgas con sus dos manos y pidiéndome que la embistiera con fuerza. La hundí lo más que pude la verga y descargué toda mi calentura acumulada con un orgasmo que duró una eternidad. Me temblaban las piernas mientras sentía que mi miembro seguía escupiendo leche en ese exquisito, joven y prohibido culo. Veía mi esperma chorreando en las piernas de mi sobrina, que seguía masturbándose y retorciéndose con pequeños chorritos de sus jugos ardientes.
    
    Se incorporó apenas y se metió la pija en la boca que ya estaba más blanda pero chorreando mi leche y sus jugos.
    
    “Es muy rica tu leche tío, pero la otra noche cuando estabas borracho, te la tomé toda, que ese sea siempre nuestro secreto de familia”. 
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