1. La vi crecer (Capítulo 3)


    Fecha: 26/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... tampoco parecía notar cómo varios hombres de aproximadamente mi misma edad la desnudaban con la mirada. ¿No se daban cuenta de que era casi una nena? Malditos hijos de puta.
    
    Cuando llegó el turno de Lelu en la carnicería, noté el cambio en la actitud del carnicero. No necesitaba ningún doctorado en lenguaje corporal para notar cuando un hombre estaba entusiasmado con la mujer que tenía en frente. El tipo era un gordito de treinta y tantos años. Tenía puesto el cubrebocas, pero en sus ojos se notaba que sonreía estúpidamente, y sacaba pecho. Lelu hablaba con su voz melosa. El tipo le dijo algo que no alcancé a oír, y entonces escuché una corta pero estridente carcajada de Lelu.
    
    “Ni lo sueñes”, pensé para mí. Fui hasta donde estaba mi chica.
    
    —¿Todo bien Lelu? —pregunté.
    
    —Sí Eze, todo bien. ¿Ya cargaste toda la mercadería? —preguntó, viendo el carrito cargado por la mitad.
    
    —No te olvides del bife de cuadril, sino tu mamá nos mata —dije, sin contestar.
    
    El carnicero se quiso hacer el simpático conmigo, pero no le di cabida. Cargamos la carne en el carrito.
    
    —Bueno, vamos a la caja —dijo Lelu.
    
    —No, todavía nos falta los fideos y los artículos de limpieza.
    
    Lelu me miró, indignada. Cuando nos fuimos al fondo, y viendo que no había nadie a nuestro alrededor, me dijo:
    
    —¿Por qué fuiste a buscarme a la carnicería si no habías terminado de comprar?
    
    —¿Perdón? —retruqué, fingiendo estar también indignado—. No te olvides que yo soy el adulto, no tengo que ...
    ... darte explicaciones de lo que hago.
    
    —¿Vos me hiciste una escena de papá celoso recién?
    
    —Preguntó ella, sin hacer el menor caso a lo que le acababa de decir.
    
    —Tomalo como una escena de papá cuida —contesté.
    
    —Sos un boludo —dijo, y me dejó con la palabra en la boca.
    
    No volvimos a hablar hasta que entramos al auto.
    
    —¿Te pensás que no me puedo defender de los hombres sola? Aprendí mucho en muy poco tiempo.
    
    —No lo dudo, pero mientras yo esté cerca, te voy a cuidar.
    
    —Sos un exagerado —dijo, con tono de reproche, aunque por su gesto parecía algo enternecida por mis palabras—. Quizás deberías ser así de intenso cuidando a mamá.
    
    —¿A qué te referís?
    
    —A nada…
    
    —El otro día dijiste que Carmen estaba rara.
    
    —Vos también estás raro.
    
    —¿Cómo es eso? Yo sigo siendo el mismo tonto de siempre —me defendí.
    
    Lelu rio. No había nada más lindo que la risa espontánea de Lelu.
    
    —De eso no tengo dudas… pero en parte estás diferente, supongo que todos lo estamos.
    
    —Ya lo creo, mírate a vos misma si no. —Me arrepentí inmediatamente de decir esas palabras.
    
    —¿Es por eso entonces? Ya no soy más la chiquilla rechoncha que se sentaba en tu regazo para que le cuentes historias.
    
    —No seas tonta, podés sentarte en mi regazo cuando quieras.
    
    —Qué bobo.
    
    —En serio —dije—. ¿Tenés algo que decirme? Creo que hay algo que te incomoda, algo relacionado con tu mamá.
    
    —Es sólo lo que ya te había dicho. No me gusta cómo te trata a veces —contestó, desviando la mirada— ...
«1234...7»