1. La mala samaritana


    Fecha: 24/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... cómo está y hablemos un poco.
    
    Yo llevaba más de un mes sin follar. La vi venir y lo mejor era ponérselo difícil para que me cogiera con más ganas, por eso le dije:
    
    -Siento desilusionarte pero no estoy para líos de faldas.
    
    -Solo quiero hablar. Hace mucho tiempo que no tengo una charla con nadie.
    
    No sabía mentir. Su tono de voz, apagado, me decía que lo que llevaba era mucho tiempo sin follar, le dije:
    
    -No me chupo el dedo, Laura.
    
    Se sentó a la mesa, y quitando el corcho de la botella de Viña Alcorta, me espetó:
    
    -¡Siéntate que no te voy a comer!
    
    Seguí de pie. Su tono de voz autoritario me lo pasé por el forro de los cojones.
    
    -Ya te dije que no me chupo el dedo.
    
    Descubrió sus cartas.
    
    -Yo sí, y después de haberlo metido en el culo de mis amantes... Soy una mujer muy especial para esas cosas.
    
    Seguí haciéndome el difícil.
    
    -Mira, Laura, eres una mujer muy apetecible, y en otras circunstancias te follaría hasta que no pudieras más, pero estoy demasiado decaído para pasar la noche contigo.
    
    Su tono de voz volvió a ser amable.
    
    -Quiero saber más cosas de ti. Si vas a trabajar para mí... -me volvió a echar otra mirada descarada al paquete-. ¡Y siéntate de una puta vez, coño! No me gusta que me miren desde arriba si no es follando.
    
    Me senté. Echando dos vinos, siguió hablando:
    
    -¿Cuál fue tú último trabajo?
    
    -En el puerto, en las descargas, pero ya hace semanas que no me llama el listero, primero van los que le regalan ...
    ... jamones.
    
    -Sí, ya tengo oído esas historias. Aquí no vas a ganar 5000 pesetas diarias, ganarás 1.000, -llenó dos vasos de vino-, a no ser que quieras ganar 1O.000 por una descarga de tabaco o 50.000 por una de chocolate.
    
    Lo que menos esperaba era que me saliera con el tema del contrabando. La cosa se ponía interesante.
    
    -¿Podrás conseguirme curros de esos?
    
    -Puedo, y no correrás ningún peligro porque la guardia civil saca tajada de las descargas.
    
    -Consígueme uno aunque sea de tabaco. Ando canino.
    
    Sabía lo que quería y fue a por ello. Yo para ella era solo una mercancía, me dijo:
    
    -Llevo seis meses sin más sexo que el que me dan mis dedos.
    
    -Será porque no quieres follar. Vi cómo te miraban los hombres, y algunas mujeres.
    
    -Lo sé, yo tampoco me chupo el dedo, pero es que soy una mujer muy especial. No me vale cualquiera.
    
    -¿Especial en qué? ¿Te pones lencería con diamantes?
    
    -No, con encajes y me gusta beber con mi amante una copa de champán antes de entrar en materia.
    
    -Eres una romántica.
    
    -De romántica, nada. Soy una cerda. Me gusta que me huelan el coño, que me arranquen las bragas. Que me aten. Que pasen mucho tiempo en mis tetas, lamiendo, mamado, magreando, jugando con mis pezones, que antes de follarme por detrás me coman el culo, que me lo azoten con las palmas de las manos, que me jalen el pelo, que me digan guarradas, que se corran dentro de mi coño y que no la saquen... Me gusta sentir cómo se les va poniendo dura hasta que se corren otra vez ...
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