1. La mala samaritana


    Fecha: 24/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... dentro.
    
    Me estaba diciendo cómo quería que la follara, le dije:
    
    -Se ve que disfrutas el sexo.
    
    Siguió al ataque.
    
    -¿Alguna vez te cubrieron con chocolate derretido y te comieron vivo?
    
    Tome un trago de vino, y le respondí:
    
    -No
    
    -¿Hiciste algún trío?
    
    -¿Quieres saber mi currículo laboral o el sexual?
    
    -Lo quiero saber todo. ¿Tuviste alguna experiencia homosexual?
    
    -La respuesta es no a lo primero y no a lo segundo.
    
    -Yo hice tríos y tuve varias experiencias lésbicas. ¿Te follase a algún animal?
    
    -A una gallina portuguesa.
    
    La había sorprendido.
    
    -¡Coñooo! Cuenta.
    
    -Pues era hija de portugueses, tenía una cresta en la cabeza, un pendiente en el pico, dos en las orejas y vestía de cuero negro. ¿Quieres más detalles?
    
    -Esa gallina me late que no ponía huevos.
    
    -No, los lamía y los chupaba.
    
    -Cuéntame qué le haces a tu mujer al echarle un polvo.
    
    -Me da pereza ponerme a contar cómo lo hago.
    
    -Mañana por la noche hay una descarga de chocolate. ¿Quieres ganar 50.000 pesetas?
    
    Me estaba comprando. Me dejé comprar.
    
    -¡¿Dónde hay que firmar?!
    
    -No hay nada que firmar. Cuenta. ¿Qué es lo qué le hacías a tu mujer cuando follabas con ella?
    
    -¿Por qué ella?
    
    -Porque me da morbo.
    
    Tenía que darle la estocada final, le dije:
    
    -Me gustaba comer sus tetas cómo si fueran pasteles, y apretar sus pezones hasta que le doliera, me gustaba que me la mamara hasta correrme y que guardara el semen en la boca y me besara para tragarlo con ella. ...
    ... Me gustaba lamerle y follarle el culo con la punta de la lengua antes de clavarle mi polla dentro y no parar hasta que se corriera. Correrme dentro y después comerle el coño mientras salía mi leche hasta que se volviera a correr Me gustaba follar su coño y parar cada vez que se iba a correr, hasta que después de 10 paradas, o más, se corría sola. Me gustaba darle algún orgasmo anal. Otras veces me gustaba follarla a romper y dejarle el coño a arder antes de correrse. Me gustaba hacer esas cosas y muchas más al pasar toda una noche con ella. ¿Dónde está la escoba para barrer?
    
    Me miró media abobada.
    
    -¿Qué?
    
    No lo había pillado.
    
    -¿Qué dónde está la escoba?
    
    Me miraba con cara de no haber entendido nada.
    
    -¿Para qué?
    
    -Para barrer. ¿Para qué iba a ser?
    
    -En el trastero....
    
    -¿Y el trastero dónde está?
    
    -¡Me cago en todo! ¿Después de ponerme cachonda no me irás a dejar así? Tengo los pelos del coño tan tiesos cómo mis pezones.
    
    -¿Aguantarás toda la noche?
    
    -Esa no es la cuestión, la cuestión es si la aguantarás tú.
    
    -Por mi no hay problema, pero, ¿quién te abre el bar mañana?
    
    -Mañana el bar estará cerrado por defunción. Quiero que me mates a polvos.
    
    La habitación de Laura tenía la cama y los muebles de estilo victoriano, papel pintado en las paredes y alfombra roja en el piso. Los muebles eran una imitación, creo, pero parecía la cámara de una reina, hasta en el techo tenía una lámpara de araña antigua. La verdad es que me dejó boquiabierto tanto ...
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