1. Deseos Reprimidos 2


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que tengo —le confesé yo.
    
    — Si parece ligero, ¡de echo se te trasparenta un montón! —me confesó en plan bribón, se veía que en el baño se había puesto las botas— ¿Para eso puedes quitártelo, a mi no me importa, de verdad?
    
    — ¿Claro pillín? Pero a lo mejor a mi si, ¿no lo has pensado? —contesté yo burlona.
    
    — No se, eso depende de ti —se rió él—. De todas formas en la oscuridad del balcón no ten vería nada.
    
    De modo que, en un ataque locuaz me lo saqué por la cabeza, y en la penumbra, seguí sentada frente a él en nuestras sillas de plástico.
    
    — Mejor, ¿verdad? —me preguntó.
    
    — ¡Uf sí, qué gustito sentir el aire refrescándome! —exclamé yo sonriente.
    
    — Oye mamá, ¿recuerdas la semana pasada en el parador?
    
    — Si, claro —afirme yo ufana.
    
    — Pues, ¡te confieso que en el jacuzzi me masturbé! —afirmó con tono intrépido.
    
    — ¿En serio? —le pregunté mostrándome incrédula.
    
    — ¡Sí! —afirmó con rotundidad—, ¡no pude evitarlo, te vi con los ojos cerrados y lo hice! ¡Me corrí entre las burbujas! —fanfarroneó.
    
    — ¡Vaya bribón que estás hecho, ya te lo dije! Estuvo bien, ¿eh?
    
    — Oh si, ¡fue fantástico!
    
    — ¿Y si te dijera que tu madre también, mientras tenía los ojos cerrados, se alivió bajo el agua?
    
    — ¡Cómo, tú también! —se extrañó él. Ahora la que reía burlona era yo y él, el sorprendido.
    
    — ¡Qué querías hijo, allí se estaba tan bien que fue inevitable!
    
    Isaac se puso de pie y se asomó por el balcón, justo delante mío. Yo vi su torso y su culito tan cerca ...
    ... que casi tuve ganas de darle una palmada.
    
    — ¿Serías capaz de asomarte ahora por el balcón? —me retó en tono irónico.
    
    — Si estuviese sola lo haría sin pensar, pero contigo mirando, obviamente no —repuse yo.
    
    — Es lo mismo que me dijiste en el jacuzzi, siempre puedo no mirar —sonrió él.
    
    — Vale, lo haré, pero tienes que ponerte detrás de mí, así no me verás y te demostraré que soy capaz de hacerlo.
    
    — Está bien, buena idea —admitió él.
    
    Entonces lo hice, me puse con las tetas por fuera del balcón, apoyada sobre la barandilla y estas sobre mis brazos.
    
    — Oye mamá, ahora si alguien pasa por la calle y te ve con tus domingas ahí asomada, puede que hasta le alegres la noche —se mofó Isaac.
    
    — ¡Sin duda tu madre tiene buen par de tetas! —exclamé yo.
    
    — Sin duda mamá, estás bien dotada en ese aspecto...
    
    Entonces todo fue muy rápido, él se pegó a mi culo, con sus bóxer y sus manos se agarraron a mi desde atrás, cogiéndome efectivamente por las tetas con sus manos de largos dedos, apretándolas contra mi pecho y su pelvis contra mi culo.
    
    — ¡Oh mamá, tienes unos pechos preciosos! En el hotel mientras te daban el masaje te veía tumbada y me imaginaba tocándotelas así —exclamó Isaac mientras me las sobaba.
    
    Llegué a sentir hasta su polla... bueno su pene —corrigió Leonor avergonzada—, duro detrás de mí culo. En esos momentos me imaginé girándome y chupándosela, chupándosela a mi propio hijo, pero entonces la sola idea me produjo rechazo. Me revolví y me zafé de ...
«1234...»