1. Deseos Reprimidos 2


    Fecha: 22/06/2022, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La siguiente semana Leonor acudió puntual a su cita. En la sala de espera sólo una jovencita secretaria, vestida de blanco inmaculado, permanecía tras una pantalla de ordenador en la mesa de escritorio donde recibía a los pacientes del doctor.
    
    La chica era muy mona, morena, con el pelo recogido en una cola hacia atrás. Y muy joven, con un tipito como el que Leonor recordaba de si misma a sus veintipocos.
    
    Nerviosa, esta vez su espera se hizo más larga que la anterior, y las miraditas cruzadas con la chica, seguidas por sonrisas de compromiso, la ponían aún más nerviosa. Preguntó por el servicio y la joven secretaria la acompañó al mismo, extrañamente la llevó hasta él, pues aunque no estaba lejos se encontraba al cruzar un pasillo del piso donde el doctor recibía a sus pacientes.
    
    Pasó y encendió la luz del mismo y sonriéndole salió y la invitó a entrar. Leonor sintió un ligero pudor, como si aquella chica se fuese a quedar con ella mientras hacía pis. Pero no fue así, tras esto se despidió y le cerró la puerta. Desde luego este comportamiento la desconcertó por ser excesivamente servicial, pues ella era algo pudorosa para sus cosas.
    
    Por fin la espera terminó y se encontró, una semana más, en la consulta del doctor tumbada en el diván...
    
    — Cómo ha pasado la semana, ¿bien? —le preguntó el doctor, sugiriéndole la respuesta en la propia pregunta.
    
    — Si, bien —se limitó a admitir Leonor.
    
    — De acuerdo, prosiga con su historia, cuénteme lo siguiente que recuerde y ...
    ... que tenga relación con lo que la atormenta ahora.
    
    — Está bien creo que nos quedamos en el parador aquel fin de semana, en el balcón, bueno... masturbándome después de tocar a mi hijo... ¡ejem! —carraspeo.
    
    Pues bueno, el domingo salimos del parador y volvimos al piso, llegamos muy tarde y nos acostamos. Así comenzó otra semana de rutinas.
    
    Un día mi hijo me sorprendió, pues yo siempre tenía unas dos horas y media para almorzar, ya que mi jornada laboral era partida. Solía comer y luego me daba tiempo a dar un buen paseo. Así que, aquel día me llamó y me dijo que se venía a comer conmigo. Me llevé una grata sorpresa la verdad, pues en absoluto me lo esperaba.
    
    Cada tarde, yo preparaba la comida de ambos y la metía en tapers en el frigo para el día siguiente, pues no me gustaba cocinar sólo para mí. Así que ese día vino a mi trabajo y nos fuimos a un parque cercano, donde almorzamos sentados en el césped. Él compró unas cervezas en un bar, y nos las tomamos sentados al sol, como si fuésemos dos universitarios entreteniéndose entre clases.
    
    Me sentí muy feliz por su visita y creo que llegué a abrazarlo y a besarlo cuando nos encontramos, y eso que yo no soy muy besucona. Luego paseó conmigo hasta que llegó la hora de entrar de nuevo a mi trabajo.
    
    Una noche, creo que por esos días hizo mucho calor. Recuerdo que yo estaba sudando en la cama y él también. Así que salí a ducharme y él, que sin duda estaba despierto al igual que yo, me siguió.
    
    Cuando entró al cuarto ...
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