1. Memorias inolvidables: Primera parte


    Fecha: 16/05/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... lado. Al poco tiempo ya estaba hurgando en mi culo y queriendo meter verga. Le dije, yo primero, si te gusta seguimos, caso contrario a dormir. Así que me lo follé y al poco rato se durmió, lo que era lógico después del día que había pasado bajo el agua de lluvia en la montaña. Al despertar en la mañana le ofrecí desayuno y le indiqué para llegar al pueblo. Luego le recomendé que no volviera nunca solo a la montaña porque hay peligros difíciles de esquivar. El lugar es tranquilo, y no hay tantos peligros, pero para una persona que no se puede defender adecuadamente era lo más conveniente. Si yo no estoy en mi granja y llega, los perros lo hubieran devorado. Tampoco lo vi nunca más, ni sé si era del pueblo ni pregunté por él para no meterme en problemas.
    
    Pasaron más por la granja por casualidad, la mayor parte de ellos pasaron de largo porque los perros les ladraron. Alguno que tenía necesidad por una herida o picadura pedía auxilio y yo, sin decirles mis estudios de medicina, les auxiliaba y los mandaba al médico apenas llegar. Alguno ha regresado a pagarme el favor con algún obsequio. Para mi vida en la granja los obsequios son más una molestia, pero hay que aceptar las cosas por educación, aun estando en un medio salvaje o natural.
    
    Había empezado mi granja para alimentarme y tener compañía, en la ...
    ... actualidad estoy vendiendo mis productos, trigo, maíz, cebada y animales para carne. Lo que me pagan muy bien son mis caracoles, porque los alimento muy bien y están muy sabrosos.
    
    Acabaré explicando cómo es mi choza. La he construido yo y la he ido mejorando. Cuando llegó el invierno del primer año, tuve que hacerme una chimenea y cubrir las cañas con barro y yeso para que no hubiera agujeros. Durante el verano la choza permanece abierta por detrás y delante para que correa aire y se refigere, para el tiempo de invierno lo cierro todo herméticamente para que dentro de casa no haga tanto frío y con la lumbre encendida continuamente paso muy bien los inviernos. Cuando salgo me cubro con pellejos de animales y com plumas de ave que yo mismo me coso. Pero para trabajar, aunque haga frío es mejor la desnudez. Luego una ducha y adentro junto a la lumbre. Allí, al lado del fuego, pienso, maquino, y proyecto la granja que deseo tener en el futuro, sin maquinarias, sin nada artificial. También me dedico a escribir mi diario, relatos y novelas. No me falta el tiempo porque en cierto modo ya lo domino; tampoco me sobra porque lo tengo todo cronometrado; mis animales no pueden funcionar a mi capricho sino con el orden que exige su propia naturaleza. Esto es lo que más me complace, poder acomodarme al conjunto de la naturaleza. 
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