1. Memorias inolvidables: Primera parte


    Fecha: 16/05/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... inmediato, le propuse que conversáramos algo para ver de convencerle que también contraría gran placer en penetrar al compañero. Aceptó y conseguí que quedara satisfecho. Pasamos la noche durmiendo abrazados. Fueron tres días en los que, ya con otro animo, hicimos en las noches el amor.
    
    El día de irse estaba apenado y le costó tenerse que vestir. Decidí acompañarle y me puse un short para acompañarle hasta la entrada del pueblo y no volviera a perderse. Se me abrazó y dijo susurrando a mi oído:
    
    — ¿Puedo volver y aprendo contigo otras cosas?
    
    — Puedes volver cuando quieras.
    
    Lo hizo algunas veces pro pasando noviembre no pudo aguantar los fríos, ni siquiera abrigándole con lana de las ovejas. Fue el momento en que le perdí de vista y nunca más ha regresado. Tampoco tiene la culpa él, pues yo nunca fui a verlo, porque no era mi intención establecer una relación un un chico que se ha perdido y necesita para todo a su familia. No me produjo ningún problemas sentimental.
    
    El otro es un hombre que cuando se me presentó me dijo que se llamaba Leandro y que tenía 40 años; bueno primero me dijo 30 y como yo me extrañé porque aparentaba casi los 50, le dije:
    
    — ¿Treinta?, ¿de verdad?
    
    — Te estoy diciendo cuarenta, —respondió.
    
    Pienso que estaba más cerca de los 50 que de los 40, pero lo dejé ahí. Este no se había perdido, sino que no había previsto —entiendo que no tenía capacidad para prever— que iba a llover. El tío se subió al pico más alto y se puso a llover ...
    ... estando en lo alto. Ya sea porque divisó mi cabaña y el complejo de granja, ya sea porque se vino directamente y se topó. Llegó a la casa totalmente mojado. Los perros ladraron sin parar hasta que salí y me acerqué a él. Vi cómo dudaba diciendo las cosas y descubrí que estaba ligeramente perturbado. Así que lo recibí bien para que no se pusiera histérico, porque mis perros me defienden a muerte. Pero no era de fiar del todo. De hecho Black no se movió en todo el tiempo de nuestro lado y custodió nuestro sueño por si intentaba algo. Tampoco lo veía para eso.
    
    El asunto es que llegó tan mojado que le hice entrar en mi cabaña, porque dentro se está caliente y le hice desnudarse de toda la ropa, porque estaba empapada y la puse a secar junto a la chimenea. Se quedó desnudo, claro, no hacía frío. Pero también había visto que cuando entré a la casa me quité los pellejos de abrigo que tuve que ponerme para salir a atenderlo. Lo primero que me dijo cuando ya estaba desnudo fue lo siguiente:
    
    — Yo soy homosensual.
    
    — Querrás decir homosexual, —le corregí.
    
    — Eso, eso, yo no entiendo mucho de eso, pero me pillo a mi gata.
    
    — Trata bien a los animales, un homosexual no se pilla a una gata ni a ningún animal, sino a uno de su propio género, si es hombre un hombre, ya está.
    
    No conversamos mucho más sobre el asunto, ni yo me declaré gay tampoco, no me gustó el tío, pero tenía buena polla y presumí que su culo no estaría mal. Llegó la hora de acostarnos y le ofrecí acostarse a mi ...
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