1. Nuestra obra maestra (Segunda parte)


    Fecha: 16/05/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... bajabas por las escaleras, seguramente alarmado por el teatro que estaba armando en tu empresa.
    
    Nos vimos directo a los ojos, nos reconocimos al instante, aquellos calientes recuerdos aparecían en nuestras mentes. Pero yo estaba frenética, no había nada que me encolerizara más que no ser atendida como se debe. Te corté la mirada enseguida, disgustada, envuelta en furia.
    
    Te acercaste tratando de tranquilizarme mientras te reclamaba de forma enérgica, pero yo no me tranquilizaría solo con palabras. Entonces me ofreciste tu oficina en lo alto del edificio para encontrar alguna solución. La rechacé, no me dejaría extorsionar con hipocresías. Soy una mujer que consigue lo que quiere a cualquier costo. Estaba decidida y no me conformaría con menos.
    
    El contrato. (Julio G)
    
    Mi sorpresa fue máxima al encontrarte en mis oficinas. No te reconocí al principio, pero cuando te giraste y vi tu cara, tus ojos y tus labios, los tuve claro. Esos hermosos ojos caramelo eran inconfundibles.
    
    Como pude conseguí tranquilizarte y convencerte de atenderte en mi despacho para escuchar tus necesidades. Una vez dentro no fue fácil acceder a tus demandas. Tu proyecto de reforma no era un trabajo que habitualmente aceptáramos. Pero tu seductora persuasión y tus insinuaciones me hicieron cambiar de opinión.
    
    Ponerme a redactar el contrato fue una amarga tortura combinada con tus insinuantes movimientos que poco a poco mostraban tus senos y que calentaba lo más profundo de mi cuerpo. Mi ...
    ... mente era una tremenda mezcla de excitación y concentración que hacía que el redactado saliera bien casi de casualidad. Siento como me caliento al contemplar tu lencería insinuándose entre medio de la abertura de tu blusa.
    
    (Erothic)
    
    Exigía se me cumpliesen mis demandas o simplemente no estaría ahí un segundo más. Solo así accediste. Parece que te había convencido cuando me decías que aceptarías revisar mi proyecto insinuando que lo harías en privado susurrándome de cerca para no ser escuchado por tu pupilo y evitarte problemas.
    
    Aquello me había tranquilizado un poco, al menos lo suficiente para que accediera acompañarte a tu oficina a platicar decentemente. Ahí desfilaba en pos de ti, poderosa sobre mis tacones altos enmudecidos por la alfombrada loseta al centro del largo pasillo rumbo a tu despacho privado.
    
    Así era como debía ser tratada, con respeto y personalmente por el jefe. Entraba en tu oficina, me ofrecías asiento amablemente frente a tu escritorio. Una vez más te explicaba lo que tenía en mente aún no muy convencida de que pudieras ayudarme.
    
    -¿Cómo es su residencia? –Me preguntabas. ¿Acaso no lo recuerdas o eres imbécil? ¿Es acaso qué quieres hacerte el tonto conmigo? Puedes ahorrarte tu profesionalismo siempre que cumplas con mis exigencias.
    
    -Vivo en la casa que está sobre aquella colina, puedes verla desde aquí. –Te respondo refrescándote la memoria para que no te andes con hipocresías.
    
    Te asomas por un momento dándome la espalda cuando sacas ...
«1234...11»