1. Esta noche es Nochebuena (Segunda parte)


    Fecha: 11/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... lotería, sin embargo su sexo se congratuló de ver al propietario del gimnasio saludando con un hormigueo que recorrió su zona genital para darle la bienvenida. Uno y otro rememoraron sin decir nada aquellos veinte minutos inolvidables. Esa vez se demostró que una mirada dice más que mil palabras y con ella, Berto manifestó todo lo que había que expresar.
    
    Ana hizo unos estiramientos antes de empezar con los jalones de polea y a continuación se puso a ello olvidando por un momento los veinte minutos más intensos y morbosos de su vida.
    
    Desde su posición, Berto no perdía detalle de cada uno de los movimientos de Ana y pese a estar instruyendo en ese momento a otra mujer, su vista y su cabeza estaban con Ana. Y para corroborar que así era, una erección empezó a hacerse notoria en su chándal, mostrando una hinchazón que la mujer podía pensar que era dedicada a ella, pero nada más alejado de la realidad. Berto le dijo que siguiera sola siguiendo sus directrices y se retiró para decepción de la mujer, dirigiéndose hacia Ana.
    
    —Hola, —le saludó.
    
    —Hola, —le contestó con una tímida sonrisa.
    
    —¿Vienes sola?
    
    —Sí.
    
    —¿Y tu novio?
    
    —No ha querido venir, —mintió.
    
    —Mejor, ¿no?
    
    —Supongo, —respondió sin querer mostrar una predisposición evidente para volver a fornicar, sin embargo no pudo evitar la pregunta.
    
    —¿Cuándo suele venir el hombre del otro día?
    
    —Veo que te ha dejado una profunda huella.
    
    —Puede, —contestó sin pretender evidenciar la realidad, pero sin ...
    ... conseguirlo.
    
    —Estaba de paso. Sólo vino dos días.
    
    —Entiendo, —dijo un tanto desilusionada, y cogió la barra para seguir con sus jalones con objeto de no enfriarse. Mientras bajaba la barra, Berto se colocó detrás para ayudarla, pese a que en esos momentos no le hacía ninguna falta su ayuda. En los últimos centímetros de recorrido le asistía con dos dedos para aliviar la carga, mientras su entrepierna presionaba en la parte trasera de su cabeza, de modo que a Ana no le pasó desapercibida la patente erección de la que hacía gala. Cuando terminó el ejercicio se levantó esquivándolo para no rozarse con él.
    
    —¿Has visto como me tienes? —le dijo mientras le mostraba su erección a través del chándal.
    
    —No seas vulgar. Eso es innecesario y te pueden ver. No estamos solos.
    
    —Eso tiene arreglo. Vamos a mi despacho. Allí no nos interrumpirá nadie.
    
    —No me interesa, —manifestó.
    
    —Está bien, lo entiendo. Perdona, —se disculpó.
    
    Ana terminó su rutina y después hizo quince minutos de cardio antes de irse a las duchas. Se desvistió y utilizó la misma ducha en la que hacía dos días se la follaron salvajemente aquellos dos sementales, y no pudo evitar acariciarse los pechos al evocar las sensaciones de sentirse penetrada por dos hombres a la vez. Sin darse cuenta se encontró masturbándose sintiendo el chorro de agua caliente sobre su cuerpo y su dedo friccionando su clítoris en busca de gozo, pero otra mujer entró en los vestuarios y tuvo a abandonar la autosatisfacción, con lo ...
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