1. Esta noche es Nochebuena (Segunda parte)


    Fecha: 11/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Berni, Fuente: CuentoRelatos

    ... le cerró la boca y la obligó a tragarlo.
    
    —¿Está rico? —le preguntó.
    
    Ana no contestó.
    
    —¡Contesta cuando te hable!
    
    —Sí, le respondió de mala gana.
    
    —Lo sabía. Te mueres de ganas, pero no quieres admitirlo. ¡Vamos, límpiamela! —le ordenó mientras se la volvía a meter en la boca. —¡Déjalo reluciente!
    
    Ana lo engulló y lo lamió haciendo lo que le pedía hasta que consideró que ya estaba lo suficientemente limpio.
    
    —¿Puedo irme ya?
    
    —¿Irte?
    
    —Pero si aún no hemos empezado, y sé que te mueres de ganas de que te folle.
    
    Berto le bajó el pantalón del chándal y se encontró con un tanguita blanco adornando su exquisita figura y advirtió una mancha de flujo en su sexo muy sintomática. Después metió su mano por dentro para constatar lo mojada que estaba.
    
    —Pero qué zorra que eres. Tu coño es pura gelatina. Te haces la puritana y lo que quieres es que te follen en cualquier lugar y de cualquier manera, —le expresó mientras le metía el dedo con rudeza una y otra vez en un coño completamente mojado.
    
    —¿Te gusta, putilla?
    
    Ana no contestó, pero su respiración y sus jadeos respondieron por ella. Aquello le estaba gustando más de lo esperado ante aquella situación, y el trato que recibía, lejos de molestarle, empezaba a gustarle cada vez más.
    
    —¿Quieres que pare? —le preguntó de nuevo, y Ana le contestó moviendo negativamente la cabeza mientras respiraba agitada y exteriorizaba sutiles resuellos, abandonándose al placer del dedo que la penetraba con ...
    ... ahínco.
    
    —Lo sabía. ¿Ves cómo eres muy zorra?
    
    Berto la apoyó contra la mesa, le terminó de quitar el chándal dejando su culito al aire, en pompa y a punto para él. Le abrió las piernas con sus pies, posó el palpitante glande en la entrada y la penetró haciendo que lanzara un gemido más sonoro con el primer pollazo. Después lanzó un “ooohhh” igualmente elocuente cuando lo notó todo dentro y, posteriormente, el entrenador se dedicó a fornicarla a buen ritmo, aferrándose a aquellas maravillosas nalgas.
    
    — ¿Te gusta esto más que el pádel, Ana?
    
    — Sííí.
    
    — ¿Quieres que te la saque?
    
    — No. ¡Sigue! —gritó.
    
    — Menuda zorra estás hecha.
    
    Ana se dejó hacer, apoyando las dos manos en la mesa y disfrutando de los embates del entrenador que iban ganando en intensidad y rapidez, entretanto movía su culo queriendo sentir todo el puntal, mientras gozaba de los contundentes golpes de riñón que Berto le propinaba. Ana volvía a gozar con aquel hombre y volvía a sentirse muy puta por estar poniéndole los cuernos de nuevo a su novio, sin embargo, contra todo pronóstico, le gustaba sentirse así. Era una novedad para ella y el morbo que despertaba aquella situación era tremendamente excitante. Una fuerte palmada en su nalga le interrumpió un orgasmo que estaba empezando a asomar, seguidamente otro manotazo en la otra nalga la alentaron a mover su culo con contundentes movimientos, a la vez que el entrenador seguía embistiendo sin tregua mientras la azotaba una y otra vez dejándole las nalgas ...
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