1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima quinta parte)


    Fecha: 09/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... domingo. No sabía nada de Rodrigo, estaría confundido, sintiéndose herido y yo, comprendía que me quisiera evitar. Afligida, llevé en la dominical mañana a mis pequeños al parque y a los juegos infantiles de videojuegos por la tarde, en el centro comercial. Todo para distraerlos y evitar que me preguntaran más por su papá, sin embargo yo no dejaba de mirar el teléfono, revisándolo cada cinco minutos, esperanzada en que al menos aparecieran como leídos mis mensajes. ¡Pero no!
    
    El lunes muy temprano, mientras terminaba en el baño de secarme las piernas, escuché abrirse la puerta de la entrada y posteriormente, cerrarse la del baño auxiliar. Y sin verlo aún, agradecí a mi Dios y a la Virgen por saberlo sano y salvo. Estando en la cocina, escuché la bulla de mis pequeños, al ser despertados por los mimos de su padre y luego de un rato, ya vestidos con sus uniformes de colegio, Rodrigo sin mirarme, los sentó en la mesa para desayunar.
    
    —¡Buenos días! Lo saludé yo tomando la iniciativa. —¿Quieres desayunar?–. Y por respuesta suya obtuve un muy básico… ¡Gracias! Desabrido, sin el tono amoroso de días atrás y el café de sus ojos fijos en los míos, tan solo… ¡Un fugaz instante!
    
    Su mirada fría, huérfana de expresión alguna, me estremeció. Más con nuestros hijos se comportaba igual de amoroso, inclusive mucho más, tanto que Rodrigo con la cuchara jugaba a darles su colorido cereal, simulando el sonido de un avión y nuestros pequeños con sus boquitas bien abiertas, el ...
    ... hambriento aeropuerto de llegada.
    
    Ya emanando aromas a madera, pomelos, mandarinas y trazas de laurel y jazmín de su colonia nueva, engalanado con su traje de paño gris pizarra y corbata azul con franjas oblicuas de plata, uno de los primeros que adquirió para comenzar su trabajo de ventas en el concesionario, se arrodilló en frente de los niños y besándolos en la frente, con una palmada cariñosa e insonora en sus colitas, se despidió.
    
    —¿Y de mi mamita? Le dijo mi hija mayor. Rodrigo sin sonreír, me miró y luego fijó su vista de nuevo en mi pequeña para decirle…
    
    —No, de ella no. —Y mi hija le pregunto algo inquieta…
    
    —¿Por qué no, papito? —Y mi esposo, modulando lento y bajo le respondió…
    
    —Porque con tu mamá, algo se me perdió. —Y me dolió en el alma, pero me afligió más, la inocente propuesta de mi pequeña para con su padre.
    
    —¡Papito no te preocupes! Que con mi hermanito, te ayudamos por la noche a buscar. ¿Cómo es? ¿Podría estar debajo de mi cama?
    
    —No lo creo princesita, era algo demasiado grande. —Y dándose la vuelta, se marchó.
    
    …
    
    La reunión típica de un lunes frio, gris y aburridor, fue matizada por la usual entrada triunfante, sonriente y tardía, de mi rubia tentación.
    
    —¡Buenos días «Rolito» precioso! ¿Me invitas más tarde a un café y un cigarrillito? —Fue una pregunta con síntomas de información–. ¿Todo bien? ¿O agitaste el avispero?
    
    —¡Todo bien, todo bien! Cómo dice «El Pibe». Me mantuve sereno. ¿Y Tú? ¿Cómo amaneciste de tu cosita rica y ...
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