1. Como el confinamiento cambió m vida sexual (II)


    Fecha: 02/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: AnaSur, Fuente: CuentoRelatos

    ... avergonzada, bajé la cabeza e intenté que pasara rápido y que todo acabara...)
    
    -Bien pensado, si... ¿Entras entonces?
    
    Entro delante de mí y aunque se notaba su camiseta bien sudada, aún pude oler el aroma de su perfume. Entró cerca de mí, y lo mismo fueron imaginaciones mías pero su mano rozó levemente mi cintura, no había excusas para ello, puesto que la puerta era lo suficientemente grande para que pasáramos los dos. No pude evitarlo y no evité ni por asomo el contacto, aunque mi mirada seguía clavada en el suelo, quería sentir como sus manos me tocaban.
    
    Una vez pasó, me fijé en el bien colocado trasero que le hacían las mallas y menos mal que estaba de espaldas a mí, porque mi mente no pudo reprimir morderme el labio como si de una auténtica quinceañera se tratara. Con suerte, él caminaría hacia delante, puesto que a su casa se accedía por un ascensor diferente a la mía, pero para mi sorpresa, mientras íbamos andando dijo…
    
    -Oye... ¿Tu eres la hija del presidente de la comunidad, ¿verdad?
    
    -Si… si ¿Por?
    
    -Acabo de caer en que el otro día recibí una carta por error de algún vecino y creo que lo mejor es que se la entregue al presidente.
    
    -Ah pues... si, la verdad es que es lo mejor, si.
    
    En ese momento él aprovechó para quedarse quieto y esperar a que le adelantara. Nada más pasar por su lado pude sentir su mirada en mi cuerpo, o eran las ganas que tenía de sentir como aquel hombre me mirara. Por suerte, el ascensor estaba en la misma planta y no ...
    ... tuvimos que esperar mucho. Por desgracia, el entro antes que yo en el ascensor colocándose detrás de mí. Ahí ya no era un deseo infundado. Podía notar su respiración sobre mi nuca. Giré un par de veces la cabeza, y pude ver como su mirada estaba clavada en mis nalgas, lo que aproveché para subirme el vaquero y ajustarlo aún más a mis glúteos.
    
    -Se nota que te cuidas, señorita… ¿Qué deporte haces? Para recomendárselo a mi mujer más que nada.
    
    Sin poder girarme de la mezcla de vergüenza y excitación que sentía le respondí.
    
    -Hago bastante spinning y ahora me he aficionado al crossfit con mi novio.
    
    -Ya entiendo, un chico listo tu novio. Se nota que lo echas de menos.
    
    -Bueno…
    
    Justo cuando dije esa palabra, sabía que me había equivocado, pero fue instintivo.
    
    -¿Ah no? A juzgar por como “tomabas” el sol la otra mañana, yo diría que lo echas bastante de menos…
    
    Intenté balbucear una primera excusa, pero enseguida me agarro de mi muñeca con una de sus grandes manos. El tacto de su piel a la mía hizo que se me erizaran los vellos de la nuca, sentí como mi boca salivaba...
    
    -No tienes que excusarse, de veras, no sé si igual que tú, pero disfruté de lo lindo con tu exhibición. No todos los días se puede ver a una mujer como tu gozando de sus propios dedos…
    
    Mi cuerpo estaba paralizado, miré, quedaban aún dos pisos, algo dentro de mi quería salir corriendo de ese ascensor, pero el aroma que ese hombre emanaba detrás de mí, su mano agarrando mi muñeca… Y entonces dio un ...
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