1. Como el confinamiento cambió m vida sexual (II)


    Fecha: 02/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: AnaSur, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando desperté, aquel hombre ya no estaba, solo oía la voz de mi madre desde el piso de abajo llamándome para comida. Sentía como el sol había calentando mis muslos y mi abdomen, y me sentí tentada de acariciarme de nuevo… ¿Qué me estaba pasando? No voy a negar que alguna que otra vez me había dado placer a mi misma, pero esta vez, estaba deseosa de tocarme, tenía muchísimas ganas de sentir como mi entrepierna hervía de nuevo… Pero me controlé, suspiré profundamente y me coloqué el vestido de andar por casa para bajar a almorzar. Esa misma noche acabé aquello que buscaba en la ducha… Me masturbé de lo lindo recordando aquella mirada. Me dije a mi misma que solo sería una vez más, sobre todo después de hablar con mi novio por teléfono y sentirme bastante mal por haber estado todo un día pensando en sexo sin que él estuviera en la ecuación.
    
    Los siguientes días no me sentí tan excitada, pero notaba que algo había cambiado. Cuando veía alguna serie o leía algún libro, todo lo relacionado con el sexo me interesaba sobremanera. No es que me considerara hasta entonces una chica desinteresada del sexo, pero desde luego, desde el día en el que me masturbé bajo la mirada cómplice de aquel vecino pasado de años mi cuerpo había experimentado en claro cambio... Toda mi mente estaba centrada en buscar puntos de placer, en descubrir posibles morbos dentro de mi vida rutinaria en casa de mis padres... Normalmente solía masturbarme una vez en semana o dos igual si no tenía sexo con mi ...
    ... novio, pero esos días, las duchas mañaneras se volvían eternas bajo el agua... Lo que con la rutina diaria era una estimulación rápida y atropellada, esos días se traducían en una larguísima excitación bajo el agua, en unos dedos que se deleitaban con toda mi anatomía, desde mis muslos, hasta mi cuello, donde yo misma mordía mis labios buscando ese punto de presión que provocara un espasmo entre mis labios...
    
    Pero eso, no era lo que me inquietaba. Mis amigas por lo normal eran bastante más activas en cuanto a la masturbación que yo, ¿Que malo tenía en querer un poco más de placer de mí misma...? No, eso no era lo que me inquietaba. Me inquietaba, que cada vez que llegaba al orgasmo, cada vez que apretaba con más fuerza mis tetas a la hora de llegar al clímax... Lo veía a él. No, no veía a mi novio. Veía a ese vecino, veía su mirada, veía sus labios susurrando lo que más de una vez me imaginaba diciéndomelo al oído... Como podía ser tan desconsiderada de estar fantaseando con un señor a todas luces mayor que yo, teniendo novio. Por más que intentaba explicármelo, no encentraba respuesta, y por más que intentaba reprimirme, no podía borrarlo de mi mente. Solo esperaba no tener que encontrármelo por el vecindario. Era fácil, solo tenía que quedarme en casa, al fin y al cabo, estábamos en pleno confinamiento. Aquello quedaría en mi mente, se quedaría para mí...
    
    Pero todo se truncó el día en el que se nos estropeó la cinta de correr de casa. Por supuesto que durante todo el ...
«1234...»