1. Como el confinamiento cambió m vida sexual (II)


    Fecha: 02/05/2022, Categorías: Infidelidad Autor: AnaSur, Fuente: CuentoRelatos

    ... confinamiento no había dejado de hacer deporte en casa gracias a la habitación que mis padres tenían para hacer ejercicio. Una cinta, una bicicleta estática, una banca y varias pesas... Aunque a mí con la cinta estática me sobraba para hacer unos 8-9 kilómetros diarios y no perder la forma que tanto me había costado lograr a bases de clases de crossfit. Pues bien, un día, la máquina Dios sabe porque dejó de funcionar. En casa era mi padre el que salía a hacer la compra, pero ese día, decidí ir yo, para estirar las piernas. Sinceramente, lo hice sin pensar en nada en lo referente al vecino, total, solo era ir a por el pan. ¿Qué podía salir mal?
    
    Después de tanto tiempo sin salir de casa, de estar acostumbrada a andar por casa en pijama y ropa de deporte, me apetecía ponerme algo mono, aunque fuera solo para ir a por el pan... Por ello decidí ponerme unos vaqueros ajustados negros, un top negro y una chaqueta vaquera. Todo acompañado con unos tacones negros que, a decir verdad, me hacía un buen culo... Incluso me di un retoque de maquillaje, nada exuberante, pero lo suficientemente sutil para verme bastante mona, sobre todo después de semanas sin ni siquiera ponerme el rímel.
    
    Volvía cargada con el pan y algunos refrescos, cuando a la vez que estaba metiendo la llave en la puerta de la calle, lo vi, en la acera, acercándose a toda andando a toda prisa, con una bolsa en la mano. Llevaba una camiseta de licra de tirantas y unas mallas que le hacía unas piernas a todas luces ...
    ... bien trabajadas... Lo miré, y estoy segura ahora mismo que pudo ver en mi cara la expresión del deseo, porque durante unos segundos no pude seguir con mi tarea de abrir la puerta. Por un lado, me moría de vergüenza al imaginar lo que pensaría aquel hombre de mí, pero por otro lado quería que aquel encuentro se produjera. Cuando estaba a pocos pasos de mí, abrí por fin...
    
    -Perdona, ¿Te importa dejar la puerta abierta? (Mis ojos pudieron ver con mayor claridad esos brazos perfectamente marcados, no demasiados abultados, pero que dejaban entre ver una fuerza desmedida...)
    
    -Ehhh, claro. Perdona, pero... no está permitido salir a correr, ¿Verdad?
    
    -¿Bueno, hay otras cosas que igual no están permitidas hacer y nos la saltamos verdad señorita? (Aquello no me lo esperaba. Noté como mi cara enrojecía por segundos. Enseguida se rio, mostrándome unos dientes perfectamente alineados. Y eso no fue lo peor, mi entrepierna respondió a esa sonrisa.)
    
    -No claro, aprovecho para ir a por la compra bien equipado, y aunque no se puede hacer running... Nadie me puede decir que no vaya andando rápido ¿Verdad? Jejeje (En ese momento me volvió a mostrar una sonrisa segura, franca, directa... Y ahí lo pude ver mirándome mientras mis dedos se clavaban en mi coño días atrás... Fueron segundos, pero un calor inundó mi entrepierna. En ese momento estuve segura de que sabía que yo era aquella zorra que se había dado gusto delante de él y justo después de sentir aquella excitación, me sentí súper ...
«1234...»