1. El regalo: Un antes y un después (Duodécima parte)


    Fecha: 05/02/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... ya le había vendido en meses anteriores dos unidades de camiones de diversa capacidad de tonelaje y a la cual debía pasar revista a sus necesidades post-venta. Por lo demás, solo atender en planta el ingreso de nuevos clientes. Pensé en salir a tomar un café y fumarme un cigarrillo con Paola, pero ella estaba demorada aun en la sala de juntas. Tomé mi móvil para hacerle una llamada, cuando la vi salir acompañada de Iván el otro asesor y mis dos compañeras Ana e Inés. Adicionalmente, tomada del brazo de Federico, que se pavoneaba al caminar del lado de esa rubia belleza. Sonrientes y dirigiéndose todos hacia la salida.
    
    —Oye Pao, le grité. ¿Vamos por un café y un cigarrillo antes de iniciar la jornada? Se dio vuelta, risueña para responderme cerca de las puertas de cristal.
    
    —¡Y ajá Nene! Tal vez más tarde. Ahora voy a desayunar con ellos que me han invitado para celebrar mi llegada y la presentación del negocio. No te dijimos nada pues Federico dijo que alguien debía quedarse en la vitrina, por si ingresa algún comprador. —Y lanzándome un beso por los aires, se giró y se marchó, siguiendo a los demás.
    
    —¡Rocky! Gritaron mi nombre haciéndome girar la cabeza en la dirección de la voz. —¡Estás haciendo un excelente trabajo con Paola, muchacho! Me alabó mi jefe desde la puerta de su oficina. —Sí señor, aprende rápido–. Y apretando su puño con el pulgar en alto, ingresó a su oficina y yo, solo en aquella vitrina de ventas, caminé en silencio buscando mi café, un cigarrillo y ...
    ... un espacio para pensar.
    
    …
    
    Después de dejar en el bus escolar a mis niños y confirmar con la profesora la dirección de mi madre para que en la tarde los dejaran a su cuidado, marché en un taxi hasta las oficinas, feliz por haber podido reconducir mi vida y confirmar el amor «de y por» mi esposo. En el trayecto pensé en mi jefe. ¿Sería posible que él también hubiera aprovechado la oportunidad de arreglar con su esposa, aquellos problemas? ¿Podría existir una forma de que le perdonara sus infidelidades y como yo con Rodrigo, lograran seguir juntos?
    
    Me encontré con las muchachas ingresando al elevador. Un cuarteto de sonoros besos, dos abrazos y nuestras amplias sonrisas fueron el preludio de una agradable mañana, tan apacible y cálida como aquel 4 de julio, apretadas junto a otras ocho personas en aquel elevador, todas sin ganas de empezar a laborar.
    
    —¿Y bien corazón, que has pensado para esta tarde de chicas? —Me preguntó alegre Magdalena. En seguida se acercó Amanda, quien traía en sus manos dos tazas de Té. Una para ella y la otra para mí.
    
    —Muchachas la verdad no he pensado en nada. ¿Qué se les ocurre a ustedes? —Les respondí con honestidad.
    
    —Vamos por ahí a mirar vitrinas, después a la peluquería para quedar bien monas y salimos a tomarnos algo en un antro desconocido y quizás Amanda consiga liarse con algún chico que sea bien majo. —Magdalena como siempre activa y con ganas de marcha, ya tenía en mente nuestro actuar–. ¡Vamos niñas, no me miren así! No es ...
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