1. Las cosas no son como uno espera


    Fecha: 14/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... él.
    
    Al volver a la barra del bar empezaba una nueva tanda de música y él, esta vez, permaneció en su lugar, contemplando como las personas se emparejaban y empezaban a bailar. Y, no sé, de un momento a otro me dio por dirigirme a él y decirle, perdón, tendría usted algún inconveniente en sacar a bailar a la señora aquí presente. Me dijo, no, con gusto. No lo había hecho porque pensé que ella estaba con usted. Ella está conmigo ciertamente, dije yo, pero ya no tengo más ganas de bailar y a ella le encanta. Entonces, él se acercó a ella, se la presenté y de inmediato, ya enganchados, se fueron a bailar.
    
    Estuvieron bailando por largo rato, muy animados, y al parecer en confianza. En un descanso, ellos volvieron a la barra. Me pareció curioso que él ya no se emparejara como al principio lo había hecho con otras mujeres. Pudiera ser que sus parejas ya se hubieran ido o que estuviese tratando de ligar a alguna mujer en ese ambiente. Así que le pregunté a mi esposa que cómo la estaba pasando. Me dijo que bien, que el tipo bailaba muy rico. Y, ¿te ha insinuado algo? pregunté. No, dijo ella. Y ¿tú nos le has insinuado nada? Lo normal, dijo ella.
    
    Me quedé pensando en su respuesta. ¿Qué es lo normal? me pregunté. Es que acaso hay un coqueteo corriente y un coqueteo más sugestivo. Como no la conozco a ella en ese papel conmigo, no supe cómo interpretarlo en ese momento. Empezó la música de nuevo y aquel le hizo señas a mi mujer, para volver a bailar, y ella aceptó de ...
    ... inmediato.
    
    Ya, siendo casi las 2:30 am, sentí que ya era suficiente y que era tiempo de volver a casa. Así que le hice una seña a ella, mostrándole el reloj. Siguieron bailando hasta que acabó la tanda. Cuando volvieron le dije, bueno, ¿Qué tal está el tipo? El tipo está bien, me dijo, sonriendo. Y, ¿me imagino que ya has sentido su verga, ¿cómo la tiene? No, pues la ha tenido dura todo el tiempo. Eso ¿qué quiere decir? pregunté. Pues que ha estado excitado bailando conmigo. Y, ¿te lo quieres comer? Depende de él, contestó. Y ¿ya se lo pediste? No. Bueno, y si yo hablo con él y cuadro la cosa, ¿estás dispuesta? Si, me dijo.
    
    Ok. Espera yo hablo con él, a ver qué me dice. Me acerqué a él en la barra y, haciéndome el loco, le pregunté, ¿tendría usted algún inconveniente en culearse a mi mujer? No, me dijo riendo… solo que hay un inconveniente. ¿Cuál? pregunté sorprendido. Ya estoy comprometido con otra pareja y estoy esperando a que me indiquen para salir juntos. ¡No le puedo creer! exclamé. ¿De verdad? Si, me dijo, señalándome a una pareja que departía con otros en una de las salas del lugar.
    
    Y no hay chance ni de un rapidito, dije yo, bromeando. Pues sí, dijo, pero no me puedo ir de aquí. Y, entonces, ¿dónde? pregunté. En el baño de mujeres, contestó. ¿Usted ya lo ha hecho? Si, varias veces, me dijo. Bueno, entonces, hágame un favor, le requerí, dígale a ella lo que tiene en mente, a ver qué le dice. Perfecto, contestó.
    
    Vi que se acercó a ella, tomándola de las manos, ...
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