1. Las cosas no son como uno espera


    Fecha: 14/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... apeteció, y por lo tanto observamos como aquellas mujeres, una por una, chupaban y acariciaban a gusto la polla de aquel joven con gran satisfacción. Luego, terminada la faena allí, el muchacho vino a nuestra mesa y mi señora, sin dudarlo, se hizo cargo del miembro de aquel muchacho llevándoselo a la boca, y disfrutando de él por unos momentos. No sólo lo chupó varias veces, sino que masajeó con sus manos los testículos del joven, bastante grandes, por cierto.
    
    Estaba ella en aquella faena, cuando se escuchó el anuncio del inicio del show y el llamado para que todos pasaran a disfrutar del evento. Ella siguió allí, con él, por unos instantes, pero el muchacho se retiró, tal vez porque tenía algo que ver con el show. Así que nosotros nos levantamos y fuimos a observar la presentación. Estando allí le pregunte a ella si le había gustado la faena y me dijo que sí, que su miembro estaba muy duro y que eso la había puesto a mil.
    
    El show transcurrió sin novedad. Volvimos a ver al muchacho, situado a un lado del bar, y le propuse a ella que, si era de su interés, fuera y le hiciera la conversa, y le propusiera, por qué no, si habría el chance de verse un rato aquella misma noche. Ella me miró, pero sin decir nada se dirigió hasta él y vi como charlaban animadamente mientras terminó la presentación que allí se daba. Ella volvió a mí, al rato, y me comentó que él ya tenía unos compromisos y que esa noche no era posible, pero que él le había pedido que le dejara su teléfono y que ...
    ... la llamaría para contarle cuando estaría disponible y ponerse de acuerdo. Tan rogado el tipo, pensé yo, para mis adentros. Se le está poniendo en bandeja una mujer y él tipo se hace el irresistible.
    
    Volvimos a nuestro puesto en la sala y, la verdad, aparte de salir a bailar y disfrutar de la vista de la gente, no pasaba nada diferente. Mientras bailábamos vi como ella se fijaba en un hombre, tal vez de la misma edad nuestra, que bailaba animadamente con su pareja, a un lado de nosotros, pero, con el tiempo, y en los intermedios, me fijé que el tipo descansaba entre tandas en la barra del bar. Me dio la impresión, entonces, que estaba solo y le propuse a ella, otra vez, que, si aquel le interesaba, fuera y le hiciera la conversa a ver qué surgía. Pero esta vez ella estuvo reacia a hacerlo o simplemente no le llamó la atención.
    
    Al término de una tanda de baile, entonces, en lugar de irnos al sitio donde nos habíamos acomodado desde el principio, nos fuimos al bar. Pedimos algo de tomar, y nos quedamos ahí un rato. El hombre aquel, objeto de deseo de mi mujer, se acomodó a nuestro lado y bebió un rato, al parecer dejando pasar el tiempo, porque parecía no estar acompañado. El miraba de reojo a mi mujer. Yo decidí ir al baño, dejándolos a ellos dos situados muy cerca el uno del otro, y a medio camino me devolví para ver qué pasaba con ellos. Vi como aquel miraba y miraba a mi mujer, sin dirigirle la palabra. Y ella también se estaba haciendo la desentendida y no reparaba en ...
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