Sofía y Carlos: Primera experiencia de dominación - Relatos Eróticos

Sofía y Carlos: Primera experiencia de dominación

... zapatillas caminar en el consultorio y un fuerte olor a perfume se hizo presente.

—¿Sofía? (preguntó Carlos)

El sonido de los tacones se hacía más fuerte indicando que alguien se aproximaba a su cuerpo desnudo. Los pasos se detuvieron y una especie de pinza apretó fuertemente el pezón izquierdo de Carlos.

—¿Te di permiso de hablar? (se escuchó con autoridad)

Sin duda era la voz autoritaria de Sofía, pero Carlos no entendía bien lo que pasaba, el perfume, los tacones, la pinza…

-Sofía… ¿qué es…?

—Otra pinza ahora en el pezón derecho.

No te di permiso de hablar. (Volvió a decir Sofía)

Pasaron cinco largos minutos en silencio, cuando Sofía estuvo segura que Carlos había entendido las reglas para poder hablar dijo...

—Te doy permiso de que hables y preguntes solo una vez.

—Sofía ¿qué es esto?

Una vez terminada la pregunta Sofía puso un pedazo de cinta en los labios de Carlos y respondió.

—Querías saber lo que hago, querías probar más y diste tu consentimiento. Las reglas son:

> Mi nombre es “AMA”

> Tu nombre es “ESCLAVO”

> No haces nada sin mi permiso.

> El placer lo controlo yo.

> Ya no tienes voluntad.

> Se hace lo que yo digo cuando yo digo.

> Cualquier desobediencia será castigada.

Acabando de explicar las reglas del juego, Sofía recorrió el pecho y el vientre de su nuevo esclavo con las uñas de su mano izquierda, provocando en Carlos una reacción en su pene que por los nervios no llegó a ser una erección.

Una ...

... nueva pinza, ahora en el pene semi erecto de Carlos.

—¿No entendiste que el placer lo controlo yo? ¿Te di permiso de que se te pare?

Carlos no contestó por miedo a recibir un nuevo castigo por parte de Sofía, quien se dirigió a la cara de Carlos para quitarle el antifaz. En un inicio Carlos quedó deslumbrado por la luz en el consultorio, pero una vez se acostumbró a la luz se encontró con una nueva Sofía.

Los tacones negros de Sofía eran como de 15 centímetros de alto, que sumados a su estatura le convertían en una imponente mujer de casi 1.90, vestía un pantalón de vinil negro con múltiples botonaduras y zippers, su blusa era también de vinil, muy entallada pero con dos orificios que dejaban escapar sus pechos de tamaño mediano, el cabello ahora estaba suelto, tenía una especie de collar de piel con apliques metálicos en el cuello y una gorra del mismo estilo. Su maquillaje era sensual, negro, casi gótico, pero lucía muy sensual.

Sofía se acercó de nuevo al rostro de Carlos, retiró la cinta de su boca y preguntó.

—¿Cómo me llamo?

—AMA

—¿Cuál es tu nombre?

—ESCLAVO

—Ya vas entendiendo. Te ganaste un premio.

Sofía se acercó al pene de su esclavo y retiró la pinza, comenzó a jugar con el flácido miembro de Carlos y poco a poco fue respondiendo a las caricias en forma de masturbación. Cuando Sofía sintió que la erección tomaba forma, simplemente abandonó su tarea con desdén. Con ello quedaba claro que era ella quien controlaba el placer.

Sofía salió ...