Sofía y Carlos: Primera experiencia de dominación - Relatos Eróticos

Sofía y Carlos: Primera experiencia de dominación

Carlos llegó al hospital después de un accidente automovilístico, su situación no era grave pero debía ser atendido por múltiples y aparatosas lesiones. Una vez que fue valorado por los médicos y atendido por las enfermeras pasó un par de días más en el hospital para observación. Carlos fue dado de alta y la recomendación médica fue reposo total en casa por al menos dos semanas, una vez pasado este tiempo debería volver al hospital para una nueva valoración.

Carlos era un hombre joven de 30 años, con 1.75 de estatura y 85 kilos de peso, un hombre fuerte y hasta cierto punto corpulento, lo cual le permitió recuperarse pronto de la mayoría de las lesiones. Pasadas las dos semanas de reposo en casa, su valoración en el hospital fue muy buena, así que como última fase en su plan de recuperación estaba asistir a terapia semanal para recuperar el cien por ciento de su movilidad.

Carlos acudió al anexo del hospital donde se llevaban a cabo las terapias y fue atendido por Sofía, la jefa de departamento. Al no haber terapeutas disponibles, Sofía decidió atender personalmente a Carlos, le explicó la mecánica de las terapias y la frecuencia, además de la política del hospital que limitaba a máximo seis sesiones por paciente. El calendario quedó listo y Carlos quedó programado para recibir terapia los días jueves por las próximas seis semanas.

Llegó el día de la primera sesión, Sofía recibió a Carlos en su consultorio y con una voz dulce y amable preguntó…

—¿Cómo se ha ...

... sentido?

—Bien, cada vez mejor, aunque siento dificultad en la parte derecha de mi cuerpo.

—¿Alguna parte en especial?

—La rodilla y el muslo, y en la parte superior en el hombro.

—Las articulaciones suelen ser las más afectadas.

—También siento un poco de dificultad al girar la cabeza, no es mucho.

—Muy bien pase al privado y póngase la bata.

Carlos obedeció la instrucción y cambió su ropa como la terapeuta había indicado, no creyó necesario sacarse el bóxer, así que solo quedó cubierto por su ropa interior y la bata. Carlos empezó a desesperarse un poco por la demora de la terapeuta y cuando comenzaba a sentirse ansioso apareció Sofía.

Las dos veces que Carlos había hablado con Sofía fue sentados en el consultorio con el escritorio de por medio, Carlos solo se había percatado que Sofía lucía elegante y sobria, y que su trato era amable al igual que su tono de voz, también notó que ella lucía mayor que él, quizá 40 o 42 años. Ahora en el privado, Sofía estaba de pie frente a Carlos y éste pudo notar que era una mujer alta, delgada pero con una silueta muy femenina pese al uniforme. El cabello recogido en forma de chongo y sus lentes gruesos de pasta color negro le daban un toque intelectual a la vez de acentuar su natural sensualidad. Verla de pies a cabeza provocó una leve reacción en su entrepierna.

El tono amable de Sofía cambió radicalmente, y con toda seriedad se dirigió a Carlos.

—Debe quitarse todo, sólo déjese la bata.

—No creí que fuera ...