1. En casa de Eva


    Fecha: 13/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    ... erecto ante su mirada, sumado al calor y la placentera sensación del sol calentando directamente mi sexo, me impedían bajar mi nivel de excitación y mi erección.
    
    Al cabo de un buen rato, Eva dijo que había tenido suficiente y me invitó a que nos diéramos una ducha. La seguí hasta el cuarto de baño. Me hizo alcanzar unas toallas de un mueble para secarnos, mientras ella dejaba correr el agua para que se calentase.
    
    Por ducha tenía una bañera bastante grande, a la que entró una vez que el agua se había templado, y sujetando la cortinilla de plástico me invitó a pasar, corriendo la cortinilla después.
    
    Sin decir ni media, dirigió el grifo de la ducha a mi cuerpo y comenzó a mojarme, por suerte el agua estaba deliciosamente tibia, y refrescó mi cuerpo recalentado por el sol. Ella guiaba el chorro del agua, moviendo el grifo arriba y abajo, de forma que primero mojó mi cabeza, luego mi torso, e incluso apuntó a mi sexo, para terminar, mojando mis piernas y luego me hizo dar la vuelta. Ella también se mojó entera y por último colocó el grifo en el soporte, mientras alcanzaba el jabón y el gel de baño de una repisa.
    
    Mientras me enjabonaba el pelo, noté como ella hacía lo propio con mi cuerpo, frotando animadamente mi pecho y espalda en general, esparciendo el jabón. Fugazmente noté sus manos rozando mi glande en un par de ocasiones y luego ya en mis piernas, antes de ordenarme que me diera la vuelta para seguir por la espalda.
    
    Cuando me comencé aclarar el jabón, al ...
    ... abrir los ojos, la vi a ella terminando de enjabonarse. Ver aquellos pechos preciosos enjabonados, brillantes y húmedos delante de mí, me hizo desear tocarlos y chuparlos con una gran fuerza.
    
    Tras la ducha nos secamos, y por iniciativa de Eva decidimos no vestirnos, así que la ayudé hacer la comida, y nos preparamos una ensalada y algo de pasta. Fue muy excitante para mi estar todo el rato desnudo con ella, pudiendo apreciar bien todo su cuerpo, mientras preparábamos la comida, o mientras comíamos, sentados en la mesa, con sus pechos frente a mí.
    
    Tras charlar después de comer, nos entró algo de sueño, así que Eva propuso que hiciéramos una siesta, y nos trasladamos a su cuarto, donde tan solo una fresca sábana blanca cubría la cama. La descubrió y nos tumbamos sobre el mullido catre. Y no tardamos en caer rendidos en los brazos de Morpheo. Era excitante estar a su lado allí tumbados, pero el sueño nos venció.
    
    Cuando desperté, estábamos tumbados frente a frente, aunque mi amiga estaba situada más abajo, y yo notaba una especie de caricias. No tardé en descubrir que ella tenía mi pene entre sus dedos que lo sujetaban y acariciaban en un curioso movimiento.
    
    - Oh, ¿te he despertado? - dijo risueña, sin alterarse demasiado y sin dejar de manosear mi verga.
    
    - Tranquila, estoy bien - contesté - que agradable forma de despertar de una siesta.
    
    - Es que siempre me ha llamado la atención la forma del pene, cada chico tiene la suya, y el tuyo además de estar bien, y lo ...