1. En casa de Eva


    Fecha: 13/01/2022, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    ... hamaca, dejando toda su espalda a mi alcance, y pasándome el bote de crema y me dijo que le pusiera. Abrí el bote, y lo apreté para lanzar un chorro sobre su espalda, que pasé a restregar con mi mano. Le fui poniendo bastante por la espalda, entonces ella levantó un poco los brazos y me pidió que le pusiera por los costados, cosa que hice, pero que inevitablemente conllevó que rozara el contorno de sus generosos pechos. Luego se puso de pie y seguí extendiendo crema por sus piernas y sus glúteos, mientras ella se ponía por el pecho y abdomen, cosa que yo desde mi posición no veía bien.
    
    - Bien, te toca, ponte de pie! - me ordenó
    
    Me puse de pie de espaldas a ella, que rápidamente comenzó a ponerme crema por mis hombros y fue bajando. Lo hacía vigorosamente, brazos, espalda, también pasó por mi trasero y se agachó para ponerme por las piernas.
    
    - Ok, date la vuelta - me dijo, mientras comenzaba mi movimiento de girarme, que al completarse quedamos frente a frente desnudo, lo que propició que lanzase una mirada intensa a sus pechos que brillaban por la crema, mientras ella me embadurnaba por delante. Pero cuando bajó la mirada y vio entre mis piernas que asomaba una gran erección, se detuvo. Entonces, cogió mi mano, le dio la vuelta dejando la palma hacia arriba y me soltó un chorro de crema al estrujar el bote.
    
    - Ten, ponte ahí, que no se te vaya a quemar - me aconsejo con voz muy pausada.
    
    Con mi mano llena de crema, agarré mi miembro, y comencé a manosearlo para ...
    ... expandir el aceite solar. Era un movimiento muy similar al de la masturbación, la piel fue quedando blanquita y brillante por la acción de la crema. Mi amiga miraba fijamente como me tocaba y extendía la crema por mi miembro erecto. El sólo hecho de extender la crema, hizo que mi erección aún aumentará e incluso yo hice fuerza para que se tensara y pusiera más dura, mostrándole sin complejo lo que daba de sí todo mi sexo.
    
    Cuando me detuve, ella apuntó con el bote hacia él y lo apretó soltando un nuevo pero pequeño chorro que quedó sobre mi verga.
    
    - Ponte un poquito más y date por los huevecillos, no se vayan a freír - me dijo con una voz muy sexy.
    
    Así que de nuevo manoseé mi pene extendiendo la crema, mientras mi amiga no perdía detalle. Yo alternaba mi mirada entre mi órgano viril y su cara, aunque ella sólo miraba hacia abajo.
    
    Cuando terminé de nuevo, se dio la vuelta y se tumbó en su hamaca, esta vez boca abajo.
    
    Allí estuvimos un buen rato. Ella se había puesto unas gafas de sol, y boca abajo, su cabeza ladeada miraba hacia mí. Mientras conversábamos de varios temas repasaba su cuerpo, su bonita espalda, su culito respingón y provocador y me preguntaba si ella, bajo aquellas gafas de sol, estaría mirando mi miembro que aún erecto, reposaba palpitante posado en mi abdomen. Me hubiera gustado ver a dónde miraban sus ojos, pero ella contaba con la ventaja de sus gafas de sol, las cuales yo no había traído.
    
    Verla allí desnuda junto a mí y saberme desnudo y ...
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