1. Aquella noche en la laguna cuando follamos


    Fecha: 11/01/2022, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... después de haber hecho el amor en el agua, los dos nos tumbamos en silencio mirando al cielo, cada uno con la cabeza al extremo contrario del otro, las piernas extendidas con mis muslos rodeándote tu cuerpo por encima de los de los tuyos y tus muslos rodeándome por debajo de los míos y con nuestros sexos unidos, pero tu pene todavía en reposo hasta que te levantaste y así tan pequeña, tan frágil me la metiste dentro de mi vagina para que descansara dentro de mí y te volviste a tumbar, te sentía dentro de mí, tu pequeño glande en esos momentos, pequeño en comparación de lo que yo sabía que era capaz de crecer, los dos en silencio sin decirnos nada mirábamos las estrellas mientras que las suaves olas de aquellas aguas cálidas nos cubrían la mitad de nuestro cuerpo.
    
    Sentía como poco a poco tu pene despertaba de su letargo obligado, como mi vagina se excitaba de verle crecer mojándose para ti, mis manos empezaban acaricias mis senos rodeando con mis dedos mis pezones, tu pene ya casi como un coloso me empezaba a llenar y tú lo sabías porque empezaste a moverte, mis gemidos fueron el despertar de los dos, tumbados nos levantábamos a unísono y con nuestros brazos apoyados en la arena nos elevábamos lo suficiente para mirarnos en silencio, no podía tocarte ni tú a mí, estábamos fuera del alcance de nuestras manos y de nuestros labios, no así de nuestros sexos que ya jugaban y como un baile se movían en una maravillosa coreografía en la que tu pene se metía y salía de mi vagina, ...
    ... los dos movíamos nuestras caderas, los dos gemíamos de placer al sentirme yo penetrada y tu penetrarme con tanta dulzura.
    
    Era un momento de los más bonitos que había vivido, prácticamente sin tocarnos nos hacíamos el amor, nuestros rostros lo decían todo, pero también decían que estábamos demasiado lejos el uno del otro y alzándonos un poco más nos cogimos de las manos y tiramos el uno del otro hasta que me tuviste sentada encima de ti con tu pene tremendamente hundido en mi vagina, ahora tus manos no paraban de acariciar mis senos, tus labios de besar y lamer mis pezones, mis manos te acariciaban el pelo y la espalda suavemente y mi cuerpo subía y bajaba lentamente sobre tu pene.
    
    Nos empezamos a besar, a bailar con nuestras lenguas cuando empezamos a sumergidos en un clímax que nos aisló del resto del mundo, gemíamos y gritábamos de placer sintiendo como explotabas dentro de mí lanzándome tu semen que me llenaba entera, mi vagina se había inundado y salía por mi vagina un torrente de flujo se unía al agua salada de la laguna chorreando entre nuestros muslos con tu pene tan metido en mi vagina que tu esperma atravesaba aquel mar embravecido de flujos a gran velocidad, penetrando muy dentro de mi cuerpo y quizás esa noche no, ni al día siguiente, pero si algún día me regalaras lo que tanto deseaba de ti, lo que tanto deseábamos los dos.
    
    De vuelta a Valencia después de nuestro viaje de novios, un viaje que en principio iba a ser con su hermano, todo seguía igual, a Raúl ...
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