1. Mi esposo y yo follando en una fiesta


    Fecha: 09/01/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... baja:
    
    —Dentro de mí; se sentía tan bien, —respondió.
    
    —¿Puedo ver y tocar?, —pregunté sin pensar.
    
    Tomó un trago de su cerveza y asintió. Salimos del porche trasero y entramos al patio. Giramos a la izquierda hacia el costado de la casa y llegamos a una pasarela oscura. Caminamos alrededor de la mitad de esta enorme casa y nos detuvimos en el lugar más oscuro debajo de un ventanal que sobresalía. Había una alta valla de madera que separaba el patio de nuestros anfitriones del de sus vecinos.
    
    Alfonso se desabrochó el pantalón y se bajó los pantalones hasta las rodillas. Se dio la vuelta y me vino a la memoria su pequeño escroto y su corta pollita. Era completamente suave, pero su culo era peludo. Aunque estaba oscuro, pude ver que estaba resbaladizo con el semen de Marco. Literalmente brillaba en la oscuridad. Me incliné y dejé que mi pulgar rozara suavemente su agujero. Estaba repleto de semen. Lentamente froté mi pulgar en pequeños círculos alrededor de su agujero e irradiaba calor. Aún estaba caliente por la polla de Marco. Estaba pegajoso, cálido y húmedo. Mi mano buscó mi polla de mis jeans y la acaricié con fuerza mientras movía mis dedos de la otra mano alrededor de su trasero.
    
    —¿Lo disfrutaste, eh?, —pregunté.
    
    Levanté la vista y vi que se había preparado apoyando sus manos contra la casa y que tenía los ojos cerrados.
    
    —Mmmm…, gimió al sacar mi dedo de su culo.
    
    —¿Quieres que te folle ahora yo? ¿No tienes suficiente?, —le pregunté.
    
    Mi corazón ...
    ... latía en mi pecho. Me sorprende que no pudiera escucharlo.
    
    —Ohhh, sí, —dijo suspirando—, quiero tu polla ahora; nunca es suficiente.
    
    Abrió un poco los ojos y vio lo duro que yo estaba.
    
    —¡Joder!, ¡tú también eres un tanto espeso! —exclamó— empuja con esa polla gorda hacia mí... piensa en lo duro que me clavó, —me animó Alfonso.
    
    Ahora estaba lleno con mis dedos. Él había recibido muy bien uno de mis dedos, y yo estaba jugando para meter el segundo. Movía su culo cada vez más cerca de mí, y seguía empapado con el semen de mi esposo. Estaba claro hacia dónde iba todo esto, así que me coloqué detrás de él, dejé caer mis jean a los pies, deslicé mi polla profundamente dentro de él y cubrí su boca con mi mano. Dejó escapar un profundo "ohhh" cuando finalmente estaba dentro de él, pero sabía que no iba a durar mucho. Su agujero todavía estaba un poco apretado, pero el interior estaba muy caliente. Descubrí su boca y comenzó a retroceder sobre mi polla. Tuve que agarrarme de sus caderas para estabilizarme y él y yo comenzamos a trabajar entre nosotros en silencio. Gimotearía mientras me adentraba más en él y se separaba con gusto para que volviera a embestir.
    
    —Córrete dentro de mí, quiero ir a casa con vuestras dos descargas, —jadeó.
    
    Alfonso estaba con una mano apoyada y la otra acariciando con ganas por debajo de mis huevos. Empecé a correrme casi de inmediato. Pude sentir que le disparé una gran corrida, así que ahora su agujero estaba realmente húmedo y desordenado. ...
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