1. La tentación de Ana


    Fecha: 11/12/2021, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... como amigos? — el asintió con un gesto —.Vale, te lo agradezco mucho. Déjame compensarte invitándote a cenar.
    
    —Eso está hecho — me dedicó una amplia sonrisa —. ¿Eliges tú o te llevo yo a algún sitio?
    
    —Como yo invito tú decides el restaurante, aunque viendo la cantidad de gente que hay dudo que encontremos mesa.
    
    —Tengo una reserva para mí, supongo que no habrá problema en que al final seamos dos.
    
    Paseamos tranquilamente hasta el restaurante, en el que nos acomodaron perfectamente. Como había resuelto mi problema de alojamiento estaba mucho más relajada y lo pasé muy bien, nos reímos mucho recordando batallitas y compañeros de la universidad. Al estar ambos casados y sin demostrar ninguna intención de nada más que pasar un buen rato, disfruté de su compañía recuperando algo de la confianza que nos tuvimos. Él me habló de lo feliz que era en su matrimonio y la ilusión que le hacía su primer niño y yo le conté sobre mis hijos y las trastadas que hacían. Lo único malo fue el vino; pedí una botella pensando en compartirla y resultó que Rafa no bebía. Terminé la cena un poco más que contenta, como se demostró cuando nos levantamos y me tambaleé hasta recuperar el equilibrio con una risita.
    
    —Ven, deja que te ayude — me dijo al salir agarrándome de la cintura.
    
    —Tenías que haberme ayudado con el vino.
    
    —Jajaja, al contrario, te ves muy graciosa.
    
    Me apoyé en él durante el recorrido al hotel, me gustó sentirlo cálido y fuerte a mi lado. En los dos pisos que subimos ...
    ... en ascensor, recliné la cabeza en su hombro. Al entrar en la habitación oculté mi sorpresa, no sé por qué había pensado que tendríamos dos camas, pero era una única cama de matrimonio la que me esperaba. A lo hecho pecho, pensé. Rafa me cedió el primer turno para el baño y me lavé los dientes y me puse el pijama. No soportaba dormir con sujetador, así que cuando salí llevaba un pequeño pantalón corto y una camiseta de tirantes. Mis grandes senos se movían libres bajo la tela, lo que no pasó desapercibido a la mirada de Rafa. Se ruborizó cuando vio que le había pillado y se fue corriendo al baño, yo aproveché para meterme en la cama y ocupar el borde de la derecha, al lado de la ventana. Siempre había preferido ese sitio para dormir, me gustaba despertarme con la luz de primera hora de la mañana.
    
    Gracias al vino me estaba quedando dormida y me costó un esfuerzo esperar a que saliera Rafa del baño. Tenía curiosidad por verle en pijama. Cuando salió abrí mucho los ojos; no llevaba pijama, únicamente un bóxer ceñido cubría su cuerpo. Cuerpo estupendo, he de decir, con músculos marcados y sin gota de grasa.
    
    —Perdona que duerma así, Ana, pero no he traído pijama, salvo los meses más fríos del invierno no me gusta usarlo.
    
    —No tienes que disculparte, encima que me dejas dormir aquí no voy a ponerte pegas — contesté algo cohibida intentando no mirar el paquete que se marcaba bajo el bóxer.
    
    —¿Quieres que ponga unos cojines en medio de la cama?
    
    —No, tú quédate en tu lado ...
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