1. Y así terminan todas tus citas (Parte 2)


    Fecha: 27/10/2021, Categorías: Hetero Autor: RenRyo, Fuente: CuentoRelatos

    ... zapatos, ya me veía a mi mismo, lavando las sábanas por la mañana a primera hora, para que nadie se diera cuenta, que traje a una mujer a la casa en la madrugada, y que nadie lo sabía.
    
    —Así me voy a dormir —dije con cierta voz insistente.
    
    —Carolina, si no te quitas los zapatos, me vas a manchar las sabanas, y en la mañana, yo tendré que lavarlos —me puse serio con ella. No entendía porque no se quería quitar los zapatos.
    
    Acaso le apestaban los pies, tenía un dedo de más en sus pies, o un dedo menos, tenía calcetines rotos, o algo vergonzoso que no quería que viera. No tenía tiempo para bromas, no quería lavar las sábanas blancas en la mañana.
    
    Me quedé parado en la orilla de la cama, mirándola fijamente, ella estaba boca arriba, levanto un poco su cara, y me vio, nos miramos un momento, ya se empezaba a notar la incomodidad del cuarto, de parte mía. Siguió mirándome y finalmente dijo.
    
    —Está bien.
    
    —Gracias —dije con un ligero suspiro de alivio y cierto enojo.
    
    —No te enojes conmigo mi niño —dijo con cierta voz coqueta, mientras levantaba las manos para que la abrazara.
    
    Me retire la camisa, y me puse encima de ella, me abrazó, me acarició mi espalda con sus uñas postizas. Nos empezamos a besar lentamente, poco a poco, el ritmo subía entre besos, yo entre sus piernas y sus piernas abrazándome por mi cintura.
    
    Inicio de la historia.
    
    “Y así terminan todas tus citas.”
    
    Me lo decía Calorina mientras le subía la falda poco a poco, encima de sus piernas ...
    ... y empezaba a tocar su vagina encima de su calzón. Sentía su humedad.
    
    Tenía una cara de deseo, me beso pero sin perder el ritmo de la mete y saca, la sentía muy mojada y podía oler ese olor, que cada mujer impregna al momento del sexo.
    
    Está muy delgada, así que moverla no fue ningún problema para mi. La agarre del cuello, y la jale hacia mi, para poderla besar mejor. Ahí me di cuenta que tenía una costumbre, especial, de morderme el labio inferior, a la mañana siguiente iba a ver la marca en mi boca, pero en ese momento no me importo, ni lo sentí.
    
    Solo lo metía y sacaba, lo metía y sacaba, empezaba a escuchar sus gemidos, como me abrazaba en cada metida completa de pene en su vagina. Escuchaba ese sonido líquido de nuestro sexo, chocando a cada momento. Supe mi mano en su boca para que no escucharan en el cuarto.
    
    —Dame más, me encanta como la tienes —la oía decir entre agitación —La tienes muy grande.
    
    La chica de 18 años era muy caliente en la cama, escuchar esas palabras caliente en mi oído, mientras la agarraba en el cuello, para tenerla cerca de mi, era lo más placentero, aparte de la cogida que le estaba dando.
    
    —Así es como te quería tener —le decía mientras más fuerte le daba—Desde hace rato quería estar así contigo.
    
    —Ya me tienes así dame como a ti te guste —Suspiros— Dame mas. Aaaahhh
    
    Se la saque, note que te quedó un momento quieta, pero solo la agarre del brazo para voltearla boca abajo. Ver ese pequeño culo a mi disposición, fue un placer. ...
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