1. Ardor en el extranjero


    Fecha: 27/10/2021, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... con la cabeza dándome vueltas y flipando en colores.
    
    Volví a la fiesta sin saber muy bien dónde meterme. Hablé con unos y con otros hasta que apareció Samuel, me cogió de la mano y me dijo: “Vámonos”. Me subió a una habitación donde por sorpresa, o no tan sorpresa había otro acompañante. Empezamos a besarnos hasta que caminando, sin mirar las pisadas nos juntamos con, quien ya os imagináis, Edu. Yo estaba consciente del todo, pero era uno de esos momentos donde todo te da igual. Cambié de boca mientras unas manos me desabrochaban el sujetador por debajo de la camiseta. En dos segundos esto había sido lanzado a algún rincón de la habitación y sentí como me tocaban los pechos.
    
    Yo, celosa, no quise ser menos por lo que busqué algo a lo que agarrarme. Para esto, primero toque el torso de uno de los dos y fui bajando hasta toparme con el pantalón. El dueño cogió mi mano y me la colocó en su polla por encima del pantalón. Eso estaba más duro que su impresionante abdomen. Bajé esa bragueta y comencé un movimiento suave. Las luces estaban apagadas. En la habitación había un par de ventanas no demasiado grandes. A través de una de ellas, se podía apreciar la luz reflectante de una farola situada debajo de esta. La pequeña luz era suficiente para reconocerlos, aunque no siempre fue así. Tras unos minutos de pie, supongo que era momento de probar la cama. ...
    ... Sentí un empujón hacia atrás que me dejo tumbada en ella. Noté como una lengua que empezó en mis pechos iba bajando hasta que paró en un punto clave. Mi boca estaba ocupada por la misma razón. Tenía a Edu abajo y a Samuel comiéndole la polla. El cosquilleo provocado por la lengua de Edu era cada más potente. Le cogí del pelo y lo subí para arriba. Me saqué la polla de la boca y le pegué un morreo. Él no dudó en metérmela. Nuestros gemidos estaban camuflados por la música de la fiesta. Decidí cambiar de postura y me puse encima, cogiendo a Samuel del cuello y proponiendo que se besara con Edu. Noté que dudaron, pero al segundo me di cuenta que en esa sala no quedaba ni una gota de inocencia. Nuestro goce continuó, hasta que uno de ellos se corrió. Me junte con Samuel y unimos nuestro cuerpo y sudor. Notaba como la corrida de Edu iba bajando por mis muslos. Nuestros latidos se aceleraban. Yo subía y bajaba mientras le ponía su cara en mis tetas. Me cogió del pelo descubriendo mi cuello. Tras unos besos respondí con el mismo acto. Representábamos con fuertes apretones la cercana explosión. “Me corro” dijo mientras mi boca se abría y mi lengua acariciaba el glande. No me solía gustar que se corrieran en mi boca, pero como ya dije, era una situación especial. Así acabó, los tres sin respiración y mi corazón partido en dos. Con un “Te quiero” y un “Adiós”. 
«12345»